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Bitácora PI

ZAPATERO I, EL GOBERNADO

ZAPATERO I, EL GOBERNADO

Francisco TORRES

 

   Sólo existe algo peor que carecer de una línea económica, por errática y desacertada que sea, como es el caso de la que ha venido sustentando José Luis Rodríguez Zapatero, y es que ésta sea impuesta no ya por las circunstancias sino por elementos ajenos a los derivados de la soberanía nacional.
Difícilmente genera confianza, por más que se sigan los dictados, quien es incapaz de ceñirse a un planteamiento general fruto del análisis y el estudio de la situación. Es más, lo que acaba sucediendo es que se convierte en blanco y presa fácil de las tensiones que impulsan los grandes grupos financieros, los verdaderos dueños del dinero.

   José Luis Rodríguez Zapatero no sólo ha contribuido, por la falta de adopción de medidas cuando tenía tiempo y colchón monetario para ello, a generar una situación de crisis económica que amenaza con volverse endémica, condenando a España a sufrir los efectos tobogán que condicionarán nuestra situación durante una década, sino que nos lleva camino de ser una colonia dependiente de los grandes prestamistas internacionales aceptando, una tras otra, sus condiciones para mejorar sus expectativas de negocio. Y es que -como diría Bono- Zapatero ha pasado de ser el deseado al gobernado.

 

   Ahora, el gobierno anuncia nuevas medidas de choque para poder así contentar a los mercados, para que compren la deuda española, para que inviertan en España. El gobierno necesita dinero y, según su particular visión de las cosas, sólo puede salir de dos sitios: del bolsillo de los españoles o vendiendo patrimonio. Lo que en ningún caso se plantea es reducir el coste general del aparato político-burocrático-administrativo español. Lo que nunca se plantea es la necesidad de que el Estado recupere competencias optimizando gastos, de poner fin al despilfarro autonómico y techar la capacidad endeudamiento de unas Comunidades que también se afanan por entramparse.

   José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado nuevas medidas de ajuste, aunque difícilmente puedan denominarse así. También ha lanzado globos-sonda sobre sus próximas intenciones. La receta es fácil: reducir gastos sociales (fin del subsidio de los que hayan agotado sus prestaciones por desempleo) y subir impuestos indirectos que al final pagamos todos. En algún caso sus medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas son acertadas, aunque insuficientes para reactivarlas, ya que España lo que tiene es un problema de caída del consumo que, dada la situación de la población activa, difícilmente se puede reactivar de forma inmediata. En otros apartados se trata de aplicar la misma receta que la propiciada por el Partido Popular: vender patrimonio. La misma receta que le ha dado Esperanza Aguirre a Alberto Ruíz Gallarón. Con ello, el presidente espera ahorrar una importante cantidad de millones de Euros para paliar el déficit. España lleva décadas vendiendo su patrimonio (este recurso fue en parte responsable del afamado éxito económico aznarista) como recurso. Pan para hoy y hambre para mañana; porque cuando España vuelva a caer en recesión, ¿qué tendrá para vender?

   España, debido a la nefasta gestión económica de José Luis Rodríguez Zapatero, es un juguete en manos de los mercados (los grandes poderes financieros), incapaz de discutir las decisiones que hoy por hoy se toman en Alemania y para beneficio de Alemania en el seno de la UE. Mientras, los que continuaran pagando los desatinos del gobierno serán los trabajadores y las clases medias. Y atención por que lo que muchos defienden como gran solución es poner fin al Estado del Bienestar: no en vano, la otra tarde, en una cadena se discutía sobre la conveniencia de que existieran tantas fiestas en este mes de diciembre, sin duda porque prefieren los tiempos en los que nadie discutía que se tenía que trabajar todos los días, incluidos domingos y fiestas de guardar.

ANÁLISIS DE LA SOBERANÍA ARGENTINA

ANÁLISIS DE LA SOBERANÍA ARGENTINA

Mario MENEGHINI

 

   Acabamos de conmemorar el combate de la Vuelta de Obligado, hecho de armas que se ha tomado como símbolo de la Soberanía Nacional (20-11-1845). Es oportuna la fecha para reflexionar sobre el problema de la soberanía en la actualidad. Digamos, en primer lugar, que la soberanía es un atributo exclusivo del Estado, consistente en el poder supremo en un territorio determinado. Resulta curioso que al momento de librarse este combate, la Confederación Argentina constituía un Estado embrionario, que carecía incluso de constitución formal. Eso no impidió que ejerciera en plenitud la soberanía, al enfrentarse, exitosamente, con las dos potencias más poderosas de la época.

   Por el contrario, en la Argentina  contemporánea no existe soberanía, sencillamente pues no funciona el Estado. El Estado es el órgano de síntesis, planeamiento y conducción de una sociedad determinada, destinado a procurar el bien común de la misma. Las tres funciones señaladas son indispensables; si dejan de cumplirse, el Estado desaparece como tal, aunque conserve la formalidad constitucional. (1) Esto sucedió en nuestro país en 1970, es decir, hace 40 años.

 

   Quien primero lo advirtió fue el general Perón, al momento de asumir por tercera vez la presidencia de la Nación. En un mensaje a los gobernadores, en agosto de 1973, les explicó la situación:

"La crisis argentina comenzó por lo más grave que puede producirse, la destrucción del hombre. Ha seguido por lo más grave que pueda haber después de eso, la destrucción del Estado. Por eso, debe darse principio a la reconstrucción".

   Dicha reconstrucción no se produjo, por el fallecimiento del presidente que había advertido la necesidad de hacerlo -y tenía la experiencia para concretarlo-, y por la notoria falta de interés de sus sucesores en solucionar este grave problema.

 

   Si bien el general Rosas, debió sostener un conflicto bélico en condiciones muy difíciles, las circunstancias de la época le permitieron utilizar la diplomacia para compensar su debilidad material. Hoy sería mucho más difícil, dadas las herramientas técnicas abrumadoras de que disponen las grandes potencias. Valga mencionar el manejo de la información:

a) el sistema Carnivore, software que utiliza el FBI para controlar los servidores de Internet;

b) el sistema Echelon, creado por la alianza de países anglosajones (UKUSA), que controla todas las comunicaciones en  el mundo, a través de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios, desde su central en Maryland donde trabajan cien mil personas. Esta semana se puso en órbita el último y mas grande satélite espía (NROL-32) que posee una antena de 100 metros de diámetro.

 

   Esto no significa que no haya margen de autonomía para países como el nuestro, pero es imposible actuar sin una estrategia nacional diseñada adecuadamente, lo que exige profundizar en el análisis  sobre el rol de la autoridad pública en el mundo contemporáneo.

 

   Desde 1989, con la caída del muro de Berlín, han surgido múltiples centros de poder mundial, lo que facilita que los países actúen con relativa independencia de las grandes potencias. Sin embargo, en la Argentina, a partir de la derrota en Malvinas, se desarrolló un comportamiento distinto al que había existido durante varias décadas. En política exterior, la tendencia fue neutralista y procurando independencia respecto de los bloques, pero desde 1982 los sucesivos gobiernos parecen actuar con la actitud de país vencido. Digamos que la verdadera rendición incondicional no ocurrió en Malvinas, puesto  que el general Menéndez al recibir el acta redactada por el general Moore, tachó la palabra incondicional, y luego firmó. Fue la actitud política y cultural de muchos dirigentes la que condujo a la actual situación, e incluso, se tradujo en propuestas indignas de solución. Recordemos algunas de ellas:

-Dr. Escudé: reconocer el derecho de los kelpers a la autodeterminación, con soberanía compartida sobre el mar;

-Dr. Di Tella: adoptar el modelo Hong Kong, postergando un siglo la recuperación de las Malvinas;

-Dr. Vanossi: que Malvinas sea un Estado confederado a la Argentina, con derecho a secesión.

   Para impedir que alguna de estas fórmulas pudiera concretarse, la Convención Nacional Constituyente de 1994 incorporó al texto constitucional reformado la Disposición Transitoria Primera, que ratifica la soberanía imprescriptible sobre Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos correspondientes.

   Agreguemos una declaración efectuada en 1990, con motivo del tratado de Madrid, mediante el cual Gran Bretaña decidió unilateralmente cancelar la zona de protección militar alrededor de las islas en disputa, pero reemplazarla por un sistema de información en un área similar. En el Congreso, el Dr. Cavallo –Canciller en ese entonces- declaró: hubo una guerra y la Argentina la perdió. Por eso Gran Bretaña avanzó en usos militares  (Página 12, 29-3-90). Ésta sí fue una rendición incondicional.

 

   Pese a todos los condicionamientos que impone la globalización, el Estado sigue siendo el mejor órgano de que dispone una sociedad para su ordenamiento interno y su defensa exterior. De allí que los gobernantes de inspiración marxista –que han abandonado muchos de sus postulados ideológicos- se aferran al Estado “para crear los instrumentos de una nueva articulación entre el país y el orden mundial, aprovechando las ventajas estratégicas(2). El ex presidente de Brasil, Dr. Cardoso, inició la adaptación a la realidad mundial que continuó el actual presidente de ese país, aceptando la vertiente socialdemócrata, que trata de “conciliar el mercado con una acción competente del Estado(3). El mismo Fidel Castro, cuando gozaba de plena lucidez, confesó que “…los éxitos impresionantes de China y Vietnam, indican con claridad lo que puede y no puede hacerse si se quiere salvar la revolución y el socialismo(4). Con anterioridad, Felipe González y Miterrand habían comprobado las ventajas de aplicar el enfoque gramsciano: que el Estado renuncie al control total de la economía, para concentrarse en el control de la cultura y, a través de ella, acentuar el dominio político hegemónico.

 

   Desde nuestra perspectiva cristiana, no deben ser motivo de preocupación los cambios de tamaño, forma y roles del Estado, mientras cumpla su finalidad esencial de gerente del bien común. De modo que conviene no proclamar apresuradamente la desaparición del Estado, que sigue siendo una sociedad perfecta, por ser la única institución temporal que protege adecuadamente el bien común de cada sociedad territorialmente delimitada. Como enseña Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in veritate”: “parece más realista una renovada valoración de su papel y de su poder, que han de ser sabiamente reexaminados y revalorizados, de modo que sean capaces de afrontar los desafíos del mundo actual, incluso con nuevas modalidades de ejercerlos(5).

 

   No somos los únicos en sostener la tesis de la inexistencia actual del Estado en la Argentina (6), pero debemos ahora mostrar aunque sea en forma esquemática que no se cumplen las tres funciones básicas indicadas.

 

   1º) La función de síntesis. La superación de los antagonismos internos no surge espontáneamente; es el resultado de un esfuerzo consciente por afianzar la solidaridad sinérgica, a cargo del Estado. El poder estatal tendrá  legitimidad en la medida en que cumpla dicha función, garantizando la concordia política. Los 13 millones de pobres, los 5 millones de indigentes, y los 750 mil chicos desnutridos demuestran que no existe el bien común. Pero, además de los aspectos materiales, es evidente el  clima de crispación y de enfrentamiento, estimulados por el gobierno.

 

   2º) La función de planeamiento. El Estado centraliza la información que le llega de los grupos sociales; recopila sus problemas, necesidades y demandas. Es en el marco del Estado donde debe realizarse el planeamiento global que establezca las metas y las prioridades en el proceso de desarrollo integral de la sociedad, en procura del Bien Común.

   En la actualidad, no se puede realizar ni la primera etapa del proceso de planeamiento, que es el diagnóstico, pues ha sido destruido el sistema estadístico. El experto Bodin ha comentado que “es deplorable la situación de la estadística argentina”, opinión compartida por el Fondo Monetario Internacional (Clarín, 31-10-10).

 

   3º) La función de conducción. La esencia de la misión del Estado es el ejercicio de la autoridad pública. La facultad de tomar decisiones definitivas e inapelables, está sustentada en el monopolio del uso de la fuerza, y se condensa en el concepto de soberanía.

   Es notoria la anarquía social que se manifiesta en la ocupación frecuente de calles, rutas y puentes, por grupos de piqueteros o sindicalistas, que la policía tolera por expresas instrucciones superiores.

   El Poder Ejecutivo impide el funcionamiento independiente del Congreso y del Poder Judicial. Recientemente, la Corte Suprema no pudo lograr que se respetaran dos decisiones del máximo órgano: la reposición en la provincia de Santa Cruz del procurador Sosa, y el dictamen sobre el guerrillero chileno Apablaza, que recomendaba rechazar su pedido de asilo político.

 

   Dos hechos policiales ocurridos en este mes, merecen una atención especial. La desarticulación en España de la llamada operación Manzanas Blancas, que consistió en la exportación desde Buenos Aires de 3,4 toneladas de cocaína, y la captura de oficiales de la Policía Federal que integraban una banda con traficantes peruanos. Es apenas un indicio del mayor peligro potencial en nuestro país, el narcotráfico, que ya maneja grandes cantidades de droga proveniente de Colombia, Bolivia y Perú, especialmente.

   El presidente de México, Calderón, explicó recientemente (Clarín, 13-11-10), que debido a la guerra que están librando su país y Colombia, algunos grupos están emigrando a otros países con Estados más débiles: Perú, Guatemala y Honduras, a este fenómeno lo ha denominado efecto cucaracha.

   Lo más preocupante es que los grupos que están migrando configuran lo que se llama narcoterrorismo por sus métodos feroces y el armamento que utilizan. Una muestra de lo que implica este peligro se ha podido observar estos últimos días en Río de Janeiro, donde los delincuentes se han enfrentado con la policía militar y hasta con tanques de la marina. En México se ha constituido una banda (los Zetas) integrada por desertores de las tropas especiales de las fuerzas armadas, que combaten con tácticas de comando a sus antiguos camaradas.

 

   Al no funcionar el Estado argentino, nuestro país está indefenso ante el problema descrito. Cientos de vuelos aterrizan diariamente con droga en unas 1.500 pistas clandestinas, lo que resulta posible por la carencia de radarización y la presumible complicidad de funcionarios. También funcionan laboratorios donde se elabora el clorhidrato de cocaína, a partir de la pasta base importada, destinándose los restos al paco consumido por los más pobres.

   No puede dejar de mencionarse el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que consideró que el consumo de marihuana no constituye delito, a lo que debe agregarse que ya existen proyectos en el Congreso para despenalizar el uso de todo tipo de drogas. Mientras tanto, se puede comprar en los quioscos la revista THC, que realiza la apología de la drogadicción, en abierta infracción a la ley 23.737.

 

   Desde hace una década los especialistas vienen alertando sobre esta cuestión, que se agrava por las normas de las leyes de Defensa Nacional (23.554) y de Seguridad Interior (24.059), que han debilitado orgánicamente a las Fuerzas Armadas al impedir que actúen en el ámbito interno, incluso en el rubro inteligencia. Sólo como excepción, previa declaración del estado de sitio, podrían intervenir, pero sin la preparación adecuada. El Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, que dirige el general Heriberto Auel, ha advertido con crudeza lo que señala como riesgo estratégico prioritario:

   “De nada nos serviría nuestra capacidad intelectual, si somos culturalmente indiferentes a éste conflicto. Si nos planteamos legalizar la droga, o asociarnos a sus negocios financieros, es demostrativo que no poseemos la fuerza moral para sustituir a la fuerza física, que tampoco poseemos(7).

 

   Por todo lo expuesto, consideramos que debemos emular a nuestros antepasados que supieron conquistar y defender la soberanía. Vale la pena cerrar estas reflexiones recordando el responso fúnebre del P. Ezcurra al ser repatriados los restos del general Rosas:

Te rogamos Señor que le des a Don Juan Manuel de Rosas el descanso eterno y que a nosotros nos niegues el descanso, nos niegues la tranquilidad, la comodidad y la paz, hasta que con los escombros de esta Patria en ruinas sepamos edificar la Argentina grande que Juan Manuel amó, en la cual soñó y por la cual entregó su vida.

 

 

 

 

1) Sánchez Sorondo, Marcelo. “La Argentina no tiene Estado, sólo Gobiernos”; Revista Militar Nº 728, 1993, pp. 13/17.

2) La Ciudad Futura, Nº 41, Verano de 1994, Separata.

3) Ibidem.

4) En Defensa del Marxismo, Nº 5, Abril de 1996, p. 35.

5) Caritas in veritate, 2009, p. 24.

6) Algunas opiniones similares:

 - Dr. Jorge Vanossi (siendo Ministro de Justicia): “La Argentina es un Estado debilucho, que está al borde de la anomia...”(La Nación, 17/3/02).

 - Dr. Manuel Mora y Araujo: “...el Estado argentino no funciona. No cumple su papel, no brinda a la sociedad los servicios que se esperan de él...” (La Nación, 20/3/02).

  - Dr. Natalio Botana: “...podemos llegar a una conclusión provisoria muy preocupante: que tenemos una democracia en un país sin Estado y sin moneda.” (Clarín, 28/4/02).

 - La Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, al analizar el reciente conflicto con el campo (26-6-08), cuestiona en su dictamen el “grave deterioro del sistema institucional que diluye la firmeza propia de un auténtico Estado de Derecho”.

 -  “…la Argentina carece en el momento actual de las condiciones que requiere todo Estado para arrogarse su condición de tal…”. Calderón, Horacio. “Los Kirchner, el poder y el caos. ¿Semillas de un futuro Estado fallido?”,  22-11-2009.

 -  “Aquel Estado poderoso y grande fue perdiendo autonomía y libertad de iniciativa hasta que, a mediados de los años setenta, entró en crisis, enfermo y asesinado a la vez”. (…) “…mientras el Estado sea una cáscara vacía, sin normas, sin burocracia, manejada arbitrariamente por gobernantes que han logrado destruir o inutilizar sus instrumentos de control y regulación”. Romero, Luis Alberto, Clarín, 16-11-2010.

 -   “…observamos que gran parte de ese Estado, en nuestro caso, ha cesado en sus funciones operativas”. Auel, Heriberto; en: Koutoudjian-Auel-Fraga-Quellet. “Geopolítica tridimensional Argentina”; Eudeba, 1999, p. 15.

 7) Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires. “El narcoterrorismo en las Américas”; 2001, parte I.

"EL MAGNICIDIO DE CARRERO BLANCO", por José María Manrique

"EL MAGNICIDIO DE CARRERO BLANCO", por José María Manrique

   Ángel David MARTÍN

 

   Para tratar de interpretar los datos que fueron emergiendo de los atentados del 11-M en Madrid, así como para comprender el porqué de la oscuridad que los rodeó, es fundamental la luz que arroja la experiencia de acciones que pueden considerarse similares, al menos en cuanto a su objetivo de encaminar
los destinos de España en una determinada dirección. En este sentido, en la España actual, el primero y más trascendente mazazo de derribo fue el asesinato del Presidente del Gobierno, el Almirante D. Luis Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973.

   De ahí la importancia de libros como éste que -con la facilidad que supone para el lector medio su tamaño de bolsillo pero no por ello exento de rigor y de aportaciones originales- va reconstruyendo los hechos que desembocaron en el atentado de la calle Claudio Coello de Madrid que costó la vida al Almirante Carrero, al inspector José Antonio Bueno Fernández y al conductor José Luis Pérez Mogena.

   Se comienza presentando el contexto histórico en que se planeó el atentado, marcado por la virulencia del separatismo y el terrorismo, la implicación de las grandes potencias (EE.UU. y U.R.S.S.) en las políticas nacionales y la propia situación de España, con un régimen en profunda crisis en el que ya combatían sin escrúpulos a quienes trataban de mantener los principios del Movimiento Nacional los mismos que se preparaban para su liquidación.

   Unas pocas palabras sirven para dibujar la personalidad del Almirante Carrero, alguien que en palabras del entonces Obispo de Cuenca D. José Guerra Campos, "fue no sólo bueno, sino justo, paciente, modesto, recatado, eficacísimo; fue ministro de Dios para el bien del pueblo y fiel servidor de la Iglesia".

   La descripción de los preparativos del crimen deja paso a los detalles del magnicidio, incluyendo croquis e imágenes que no dejan lugar a dudas sobre la manera de desarrollarse los hechos. Se acaba, por último, prestando atención a las reacciones posteriores al atentado y el juicio de los asesinos.

   Llegados a este punto, el lector se ve obligado a lamentar la impunidad que el naciente régimen político, nacido de las cenizas del Estado de las Leyes Fundamentales, otorgó a éstos y otros terroristas. Que los autores oficiales no fueron los verdaderos responsables es algo que se deduce de la exposición de los hechos y eso lleva al autor a concluir: "quede este trabajo como constancia de lo engañoso de la tan manida expresión: la democracia que los españoles nos hemos dado a nosotros mismos".

   Al margen del asunto directamente tratado, pero debido a la vinculación existente con determinado personaje, merecen leerse con atención las páginas que se dedican al "asunto Gabaldón", militar asesinado junto a su hija y a su chófer el 29 de julio de 1939.

 

   José María Manrique 

   Coronel de Artillería, Diplomado de Estado Mayor, en la reserva. Autor de varios libros sobre temas de historia militar española moderna: "Las Armas de la Guerra Civil"; "La guerra 1936-39 en Sigüenza"; "1957. Sangriento combate en Edchera"; "CETME"; "Las Armas de Destrucción Masiva y la Protección Civil en España", etc.

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Título: El magnicidio de Carrero Blanco Editorial Akron
 
Autor: José María Manrique y Matías Ros  
 
Editorial: Akrón  
 
Páginas: 161  
 
Precio 8 euros  

  

    Colección bolsillo: editorial akrón

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   La editorial Akrón, siguiendo en su línea de apoyo y difusión a la investigación historiográfica, profundización en las raíces del pensamiento y sociedad occidentales y difusión cultural, lanza ahora una nueva colección a precios muy asequibles. Autores de gran talla intelectual han apoyado sus comienzos: José María Sánchez de Toca, Francisco Ansón Oliart, Eladio Baldovín Ruiz… Ahora se anuncian otros escritores que prometen también unos ensayos de interés y amenidad. Sus estudios no son meras recopilaciones repetitivas de lo que ya se había dicho; quieren provocar un dialogo enriquecedor sacando a la luz las otras caras de la verdad, las que han permanecido ocultas o en sombras. Su demostrada capacidad literaria (han escrito también novela, poesía, teatro o abordado el género periodístico) aseguran el resultado de unos textos esclarecedores, irónicos, mordaces, divertidos (otras veces rabiosamente duros) con los que aprender y, sobre todo, interrogarse a nivel intelectual y vital.

   El director de la editorial, Juan Manuel Martínez Valdueza, es también un reconocido escritor y ensayista y no se ciñe a meras razones mercantilistas a la hora de marcar el camino de Akrón:

   -"Me interesa el estudio de España, en primer plano, con sus logros y virtudes, sin complejos…, también con sus sombras" –suele repetir Martínez Valdueza en los foros-.

   "También la libertad de expresión y creación: todas las posturas razonadas son bienvenidas" –acostumbra a continuar-. "Me desagrada el pensamiento monolítico".

ALGO SOBRE EL PODER Y EL PODEROSO

ALGO SOBRE EL PODER Y EL PODEROSO

Alberto BUELA

A Germán Spano, que me lo obsequió

 

   Se reeditó recientemente el pequeño Diálogo sobre el poder y acceso al poderoso del iusfilósofo alemán Carl Schmitt, que fuera publicado tanto en Alemania como en España en 1954 (1), y que naciera como un diálogo radiofónico, que en un principio tendría el autor y el politólogo francés Raymond Arón, o el sociólogo Helmut Schelsky, o el filósofo Arnold Gehlen, pero los tres se rehusaron. Claro está, la demonización mediática que pesaba sobre Schmitt era tal que cuando en el semanario Die Zeit, su jefe de redacción escribe a propósito del Diálogo: "En la República Federal de Alemania, el gran jurista Carl Schmitt es una figura controvertida. Sin embargo, incluso sus enemigos deberían prestar atención cuando hace observaciones originales y sagaces...Nadie que se proponga escribir sobre el poder debería abordar el tema sin haber leído el texto de Carl Schmitt" (N° 9 del 2/7/54), al jefe de redacción lo echaron del trabajo y le prohibieron la entrada al edificio.

 

La naturaleza del poder

 

   Se trata de hablar específicamente del poder que ejercen los hombres sobre otros hombres, pues el poder no procede ni de la naturaleza ni de Dios, al menos para la sociedad desacralizada de nuestro tiempo.

   El poder establece una relación de mando-obediencia entre los hombres que cuando desaparece la obediencia, desparece el poder. Se puede obedecer por confianza, por temor, por esperanza, por desesperación que se busca junto al poder, pero "la relación entre protección y obediencia sigue siendo la única explicación para el poder".

 

El acceso al poderoso

 

   Como todo poder directo está sujeto a influencias indirectas, quien presenta un proyecto al poderoso, quien lo informa, quien lo ayuda o asesora ya participa del poder. Esto ha desvelado a los hombres que en el mundo han ejercido poder directo. Existen cientos de anécdotas al respecto, de cómo los poderosos han tratado de romper el círculo de influencias indirectas que los rodeaban. "Delante de cada espacio de poder directo se forma una antesala de influencias y poderes indirectos, un acceso al oído, un pasaje a la psique del poderoso". Y cuanto más concentrado está ese poder en una cima, más se agudiza la cuestión del acceso a la cima. Más violenta y sorda se vuelve la lucha de aquellos que están en la antesala y controlan el pasaje al poder directo. Quienes tienen acceso al poder ya participan del poder y como consecuencia no permiten u obstruyen el acceso de otros al poder. En una palabra, el poder no se comparte, sólo se ejerce.

 

Maldad o bondad del poder

 

   Si el poder que ejercen los hombres entre sí no procede de la naturaleza ni de Dios sino es una cuestión de relación entre los hombres, ¿es bueno, es malo, o qué es?, se pregunta.

   Para la mayoría de los hombres el poder es bueno cuando lo ejerce uno y malo cuando lo ejerce su enemigo. El poder no hace a los hombres buenos o malos sino que cuando se ejerce muestra en sus acciones si el poderoso es bueno o malo, que es otra cosa distinta.

   Para San Pablo todo poder viene de Dios, y para San Gregorio Magno la voluntad de poder es mala, pero el poder en sí mismo siempre es bueno.

   Pero actualmente la mayoría de las personas siguen el criterio expresado por Jacobo Burckhardt que "el poder en sí mismo es malo". Lo paradójico que esto fue escrito a partir de los gobiernos de Luís XIV, Napoleón y los gobiernos populares revolucionarios surgidos a partir de la Revolución Francesa. Es decir, que en plena época del humanismo laico, de los derechos humanos del hombre y el ciudadano se difunde la universal convicción de que el poder es malo. A qué se debe este cambio de ciento ochenta grados en la concepción del poder que pasó de bueno hasta finales del siglo XVIII, a malo hasta nuestros días.

 

   El avance exponencial de la técnica, transformada luego en tecnología y finalmente en tecnocracia ha hecho que sus productos se desprendan del control del hombre y por lo tanto el poderoso no puede asegurar la protección que supone el tener poder sobre aquellos que le obedecen. Se supera así la relación protección obediencia que caracteriza la naturaleza del poder. El poder es se ha transformado en algo objetivo más fuerte que el hombre que lo emplea.

   El concepto de hombre ha cambiado y es vivido como más peligroso que cualquier otro animal, es el homo homini lupus de Hobbes, autor reverenciado por Schmitt.

 

   Nota bene:

   Sin cuestionar la excelencia de este brevísimo diálogo, quisiéramos observar que aun cuando Schmitt quiere hablar sobre el poder en general, se limita sin quererlo al poder político pues no tiene en cuenta el poder que nace de la autoridad, esto es el poder que nace del saber o conocer algo en profundidad y que pueda ser enseñado. No es por obediencia, al menos primariamente, que un discípulo se acerca a un verdadero maestro, ni por protección que un maestro ejerce su profesión, sino en busca de la transmisión genuina del saber.

   Es que la obediencia a la autoridad se funda en el saber de dicha autoridad, y no en la mayor o menor protección que pueda brindar dicha autoridad.

 


 (1) Revista de estudios políticos N° 78, Madrid, 1954

EL VALLE DE LA DIGNIDAD

EL VALLE DE LA DIGNIDAD

Juan Antonio LAMARCA

 

   He de confesar que mi particular relación personal y sentimental con todo el recinto monumental y religioso de la Santa Cruz del Valle de los Caídos comienza, hasta donde me alcanza la memoria, antes incluso de que tuviera uso de razón, pues entre algunos de los recuerdos de mi infancia que no me son borrosos se encuentran las visitas que - más o menos habitualmente – realizaba con mis padres a tan singular paraje natural y templo, grabándose para siempre en mi retina la impresión que me produjo observar tanto la imponente Cruz del Risco de la Nava, como la conmovedora Basílica excavada en el interior de éste.

   Por aquélla época, con cinco, ocho, once años, como es lógico, no podía advertir en su plenitud la profunda significación histórica y espiritual del lugar, pero desde entonces esa Cruz y esa Basílica infundieron en mi mente, en mi alma y en mi corazón una sensación trascendente, podríamos llamarla, de “comunión” o “conexión” permanente con ellas, que - aun no comprendiéndola del todo - intuía que me acompañaría durante el resto de mi vida.

   Pocos años después, ya en mi adolescencia y primera juventud,  y como consecuencia lógica de mi compromiso político militante, comenzaría un proceso por el cual se iría incrementando poco a poco y de forma natural mi relación consciente y afectiva con Cuelgamuros en base a experiencias propiamente derivadas de dicho compromiso (Misas conmemorativas, campañas de propaganda, Universidades de Verano…) las cuales se sustentaban sobre la base de la lealtad a unos principios ideológicos (Fe en Dios, Amor a mi Patria y lucha por la Justicia Social) y a unas fidelidades históricas – el ejemplo de José Antonio Primo de Rivera, la obra de Francisco Franco y el sacrificio de todos cuantos cayeron luchando en la Guerra - de los cuales a día de hoy no sólo no he renegado, sino que tengo mucho más asumidos y solidificados que nunca.

   Pero hete aquí que, rondando el inicio de mi tercera década de vida, en torno a los veinte años, acontecería un hecho de índole familiar como fue el fallecimiento de mi abuelo paterno (persona leal como pocos a los mismos principios que he proclamado anteriormente), y la decisión de mi padre de depositar sus cenizas a los pies de la inmensa Cruz – “ése es el sitio en el que más le hubiera gustado reposar”, recuerdo que me dijo – en un lugar especialmente recogido y particularmente intimo. Desde aquel momento, mi relación con el Valle daría un paso más allá: la relación con un lugar que ya consideraba como “algo mío”, como una “segunda casa” que pasaba a formar parte de mi ser, de mi pasado, mi presente y mi futuro….

   Desde aquel momento, y comenzando el presente siglo, mi peregrinaje habitual hacia el Valle - solo o en compañía de mi padre - se multiplicó considerablemente, y junto al homenaje a mi abuelo, con mi puntual ascensión a pie hasta la misma base de la inmensa Cruz, eclosionó en mí una necesidad de meditación, de reflexión y oración a la vera de las magnificas figuras de los cuatro evangelistas esculpidas por Juan de Ávalos, al tiempo que contemplaba el maravilloso paisaje de la sierra madrileña. Un silencio, un recogimiento y una de las sensaciones más maravillosas de mi vida, que en numerosísimas ocasiones quise también compartir con un buen puñado de familiares y amigos.

 

   A partir de 2005, tuve el inmenso honor de conocer al Padre Prior de la Comunidad Benedictina, Alfredo Maroto, y tratarle con tanta frecuencia, que terminó convirtiéndose en mi “padre espiritual”. Una de las poquísimas personas que en esta vida puedo calificar sin ningún género de dudas como un verdadero santo.  Su visión de Dios y de la vida, su cercanía, sus consejos, me dieron una especial fortaleza en unos momentos especialmente delicados – e incluso, posteriormente, dolorosos – para mí. Y su profunda y sincera amistad conmigo, cada vez más habitual, me abrió la puerta al trato con la propia Comunidad, y al conocimiento de todos los secretos, estancias y recovecos de la Basílica, la Abadía, el Monasterio y el Cementerio de los Monjes. Desde entones, mi amor al Valle de los Caídos se multiplicaría cada vez más.

   Dos años después, esas visitas a la Comunidad las empezaría a realizar en compañía de una maravillosa chica hispana, la cual también pudo beneficiarse copiosamente del consuelo humano y la paz espiritual que ofrecían los padres benedictinos, y que tanto necesitaba en su corazón. Esa chica terminaría por ser la que hoy es mi esposa, casándonos un 25 de Julio de 2009, festividad de Santiago Apóstol, en la Capilla de la Hospedería del Valle. Parecía que así llegaba, con el colofón de nuestro enlace, el culmen de mi relación con el Valle de los Caídos. Pero no seria así.

 

   A partir del pasado invierno, las fuerzas del Mal comenzaron su asedio y acoso hacia este santo lugar y, desde febrero, lo rodearon con tal espesa capa de silencio - cuando no de descaradas mentiras e incluso actuaciones destructivas propias de talibanes - que  la confusión inicial por el arbitrario e intermitente cierre del Valle como iglesia y monumento se trocó  en una profunda preocupación por las calamidades, humillaciones y persecución a las que empezó a ser sometida la Comunidad de monjes. Un asedio y acoso que bien podría ser comparable – aunque de una forma mucho más sibilina, por supuesto- con el que tuvo que sufrir en su momento el Alcázar toledano a manos de los abuelos y bisabuelos de muchos de los que hoy ocupan los cargos en la Administración del Estado.

   Desde entonces, y advirtiendo la gravedad de la situación, decidí dedicar todo el espacio libre que quedara de mi tiempo en involucrarme al 100% en la defensa y preservación del Valle, y así hasta el día de hoy, por un lado en medio de las mas farisaicas y asquerosas actuaciones de los poderes públicos y de la incomprensión – cuando no censura – de muchas gentes, pero también en una actividad que me ha permitido conocer a personas integras y maravillosas que no han dudado en poner en juego, ante el Sistema que nos desgobierna, su prestigio personal, profesional e incluso económico.

   En este punto de cosas, llegamos hasta estos días, cuando la Comunidad Benedictina, en un ejercicio de heroísmo y de testimonio, y tras casi un año de martirial aguante y silencio – que he podido seguir casi a diario, y el cual, he de reconocerlo, en algunas ocasiones he llegado a no compartir ni comprender – decidió salir en primer lugar el pasado 7 de noviembre a las puertas del templo a oficiar la Santa Misa, a pie de carretera, ante la prohibición por parte de la Delegación del Gobierno de Madrid (actuando más bien como un Politburó Soviético) de dejar acceder a los católicos a Misa dentro de la Basílica, usando como herramientas a sus agentes de la nueva Guardia de Asalto Republicana, antaño llamada Guardia Civil. 

 

   El éxito de asistencia movió a la Comunidad de Monjes a anunciar que seguirían en su empeño de oficiar la Misa en la junto a la M-600, y ante la masiva movilización que se esperaba para este pasado domingo 14, el gobierno socialista se asustó y se avino a negociar, a través de Patrimonio “nacional”. Tras un principio de acuerdo, se concedió “graciosamente” a los benedictinos oficiar la Misa en la explanada posterior de la Abadía-Hospedería, a la cual hemos acudido miles de católicos y españoles - bajo la lluvia y en medio del frío serrano - para arropar a los oficiantes en un ambiente de impresionante y profundo silencio, oración y recogimiento, en una convocatoria que ha sido todo un éxito (y la cual se va a seguir repitiendo hasta que no se resuelva la situación) y unidos en nuestros en los dos máximos amores de nuestras vidas: Cristo y España.

   Estos firmes gestos de los padres benedictinos ante la persecución, de testimonio fiel ante las presiones, de comunión espiritual al querer estar junto con los fieles que les defienden y les quieren,  han sido y están siendo por encima de todo gestos, por cuatro veces, de DIGNIDAD:

 

- La dignidad que merece un espacio de oración que al fin y al cabo es la Casa de Dios: “Escrito está: Mi casa es casa de oración” (Evangelio según S. Marcos 11, 17)

 

- La dignidad de unos monjes que han renunciado a todo lo material en esta vida para consagrar sus manos y su existencia al servicio de Dios y de los demás, con humildad, sacrificio y entrega: “Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” (Evangelio según S. Mateo 5, 12)

 

- La dignidad que merece el silente descanso eterno de los miles de caídos en la lucha por una España mejor y enterrados bajo el Risco de la Nava, cuyo estruendoso testimonio histórico no podrá ser borrado ni acallado por nadie: “Os aseguro que si estos callasen,  gritarían las piedras” (Evangelio según S. Lucas 19, 40)

 

 - Y en definitiva, la dignidad que merecen los españoles católicos que tan solo quieren acudir allí para rezar por las almas de todos los que duermen el sueño de la paz en las criptas de Cuelgamuros, testimoniando así públicamente su Fe y su Esperanza en la Resurrección de Cristo, y que por ello son chulescamente humillados y apartados por los poderes públicos: “Si el Mundo os odia, sabed que me ha odiado a Mí antes que a vosotros. Si fueseis del Mundo, el Mundo os amaría como cosa suya; pero como no sois del Mundo, y os elegí para sacaros de él, os odia. Si a Mí me han perseguido, también lo harán con vosotros”. (Evangelio de San Juan 15, 18-20)

 

   No sabemos por cuánto tiempo habrá de seguirse oficiando la Misa a la intemperie - parafraseando al poeta Caído, “nuestro sitio está al aire libre” –, probablemente hasta que la Providencia no disponga otra cosa. Pero lo que sí sabemos con toda seguridad es que ocurra lo que ocurra, seremos muchos – y yo el primero – los que seguiremos apoyando, alentando, defendiendo y acompañando a los monjes benedictinos tanto en esa dominical Misa de campaña como en la que diariamente oficien en el interior de la Basílica, porque actuando así, consecuentemente estaremos también alentando y defendiendo a todo el Valle, porque el espíritu de sus vidas y de sus oraciones son el alma que da vida al Valle. Y eso, sus enemigos, nuestros enemigos – que no son otros que “los enemigos de España y de la Civilización Cristiana” – lo saben perfectamente.

   Y lo que ya es un hecho incontestable, es que desde hace dos semanas, el Valle ya no es sólo geográficamente el Valle de Cuelgamuros, políticamente el Valle de los Caídos y espiritualmente el Valle de la Cruz. Desde ya y para la Historia, y muy a pesar de quienes querrían borrarlo del mapa - contrariándolos en sus más bajos y abyectos propósitos - el Valle se ha añadido a sí mismo otro título de honor y de gloria: el Valle de la Dignidad.

LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

LAS DIEZ ESTRATEGIAS DE MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

Sylvain TIMSIT

 

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales" (Armas silenciosas para guerras tranquilas).
 


2. Crear problemas y después ofrecer soluciones

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

 

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

 

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

 

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad” (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

 

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

 

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores” (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas).

 

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que está de moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

 

9. Reforzar la autoculpabilidad

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

 

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

MIEDO A LA LIBERTAD EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS

MIEDO A LA LIBERTAD EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS

Francisco TORRES

 

   Sólo el miedo a la libertad puede explicar lo que está aconteciendo con y en la Basílica de Santa Cruz del Valle de los Caídos. La decisión del gobierno, implementada por el nuevo vicepresidente/portavoz/jefe de los guardias Pérez Rubalcaba, de prohibir a los fieles entrar en la Basílica para oír la Santa Misa, poniendo fin así al débil formalismo que aún mantenía abierto el Santo Lugar, donde reposan miles de católicos, varios de los cuales han ascendido a los altares tras culminar los procesos de beatifiación, tomada en coincidencia con la visita del Santo Padre a España, es la prueba evidente de que éste gobierno lo que más teme es precisamente la libertad.

   No existen referentes en el mundo occidental de que un gobierno ordene a sus fuerzas de seguridad impedir a los católicos el acceso a la Santa Misa; no existen referentes en el mundo occidental de que un gobierno, que no pude prohibir un oficio religioso, decida que el culto sólo es posible en las catacumbas. Sólo las dictaduras comunistas han operado de tal forma y lo han hecho, fundamentalmente, por el miedo a la libertad.

   Ha sido la izquierda durante años la que ha vendido que todas las aparentes limitaciones que el hombre asumía en virtud de sus creencias eran fruto del miedo a la libertad; y ahora es esa misma izquierda la que demuestra que frente a la libertad, aunque esté encarnada por unas decenas de hombres y mujeres que acuden a una Misa, sólo cabe recurrir a la violencia coercitiva y aparentemente legal del Estado.

 

   Conviene que no confundamos los hechos. En el Valle de los Caídos se está librando algo muy distinto y distante a la imposición de la mal llamada “memoria histórica”. Bajo esa apariencia, con esa excusa, lo que se está haciendo es utilizar el Valle de los Caídos como un elemento más de la lucha que el laicismo radical de la izquierda tiene abierto contra la Iglesia Católica. Se recibe al Papa pero al mismo tiempo, como gesto, para dar carne a las fieras iconoclastas, se prohíbe acceder a Misa en un lugar simbólico. ¿Advertencia, venganza, contestación?

   El gobierno, digno émulo de las dictaduras comunistas, que ha situado a un aprendiz de tirano, a un demagogo manipulador, como hombre fuerte, ha violado con su decisión derechos fundamentales. En ningún país democrático, en ningún país libre, es posible prohibir a unos ciudadanos que acudan a un oficio religioso. Todas las constituciones establecen que nadie puede ser discriminado o perseguido en función de sus creencias religiosas y que, por tanto, a nadie se le puede privar del derecho de acceder a un templo. Es más, es obligación del Estado asegurar que esas prácticas son posibles. Si el gobierno lo ha hecho, violando la libertad, es por que sabe a ciencia cierta que, salvo acciones aisladas de los ciudadanos en defensa de sus derechos, nadie va a mover un dedo por defender la libertad para el culto en la Basílica del Valle de los Caídos.

 

   Dice el artículo 16 de la Constitución Española: “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades, sin más limitación que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”. Pero la Constitución Española hace mucho que no es más que un papel mojado sobre el que se cisca con total impunidad el actual gobierno. Lo acontecido en el Valle de los Caídos es una prueba de ello: primero se limita el acceso, después se violan las tumbas y, finalmente, se impide asistir a la Santa Misa que la Comunidad tendrá que realizar en una Iglesia vacía.

   Frente a todo el poder del gobierno y todo el silencio de la oposición sólo queda la actitud decidida y enérgica de unos monjes que han decidido celebrar la Santa Misa, mientras les dejen hacerlo, al aire libre a las puertas del Valle de los Caídos todos los domingos, llueva o nieve, para recordar que, por encima de la publicidad oficial y de los carteles de bienvenida al Santo Padre aprovechando el tiempo electoral, “hoy vivimos tiempos difíciles para la fe en España” y que, esas misas a la intemperie recuerdan, como se dijo en la homilía, las “del Beato mártir Jerzy Popieluszko en la Polonia de los años ochenta”, cuando aún latía el aliento corrupto de las dictaduras comunistas.

ALMUDENA PASO: RECORDANDO A PAPÁ

ALMUDENA PASO: RECORDANDO A PAPÁ

Juan V. OLTRA

 

   Presentar la figura de Alfonso Paso, hace unos años, hubiera sido ridículo. Comparado con Lope de Vega por su prolífica escritura, autor de teatro sobre todo, sí, pero también hombre de cine, escritor de ensayo y novela, actor, cantante... Alfonso Paso debería ser recordado hoy, treinta y dos años después de su muerte, mucho más que lo que nuestra sociedad lo hace. Pero cuestiones ajenas a las bambalinas lo tienen castigado, casi expulsado de los manuales de teatro.

   La fortuna ha querido que nos encontremos con su hija Almudena, y ésta generosamente nos permite que tengamos una pequeña intervíu sobre la figura de su padre.

 

Pregunta. Almudena, tu padre era alguien verdaderamente polifacético: además de autor de teatro, fue articulista, novelista, ensayista, hombre de cine, actor, escribió guiones de fotonovelas (con Karina y Junior), series de TV...escribió canciones ¡y grabó al menos un disco! ¿Con qué actividad crees que disfrutaba más?

Respuesta. Sin duda, con la de autor de teatro; le gustaba escribir, lo disfrutaba. Debo decirte a este respecto que otra cosa que disfrutaba tremendamente era la arqueología. Era licenciado en Filosofía y Letras en la rama de arqueología, y creo que de no haber sido autor hubiera sido arqueólogo. Viajó extensamente por todas las partes del mundo donde podía meterse de lleno en esta pasión. Libia, Egipto, Roma, México, todos esos países le cautivaban.

P. En los años cuarenta, el teatro está dominado por Benavente, Arniches, Marquina, Álvarez Quintero, Juan Ignacio Luca de Tena, Fernández Ardavín, Adolfo Torrado... de los tres grandes renovadores, Lorca, Casona y Jardiel, sólo queda activo y en España el último. Parecía lógico, pues, que se aproximara a esa sombra. Con Medardo Fraile, Pérez Puig y otros, formaba parte de los que se llamaban "los jóvenes de Jardiel", como recordaba en una entrevista Eva Jardiel, quien fuera durante unos años su esposa. Al, en esa época, llamado "FonFón" ¿cómo crees que le influyó la cercanía a Enrique Jardiel Poncela? Hay quien incluso le acusó de plagiarlo, cosa ridícula simplemente observando el volumen de su producción, pero no creo que pueda negarse su influjo. ¿Cómo lo ves tú?

R. Creo que Jardiel y papá son autores completamente distintos. Ambos grandes autores, pero el hecho de que ambos tuvieran comedias de enredo no significa que papá le plagiara a él o a nadie. Sus influencias venían de muchas otras partes y tocó muy diversos temas en sus obras.


P. Como concesión a las preguntas típicas en toda entrevista, aunque no carente de interés ¿qué obra prefieres de tu padre? ¿El canto de la cigarra, Vd. puede ser un asesino, Querido profesor...

R. Pues tengo tres, por diferentes razones. Vamos a contar mentiras por ser, sin duda, la mas divertida, Cosas de papá y mamá, por su ternura y Enseñar a un sinvergüenza, por los recuerdos. Fue una obra que estuvo mas de veinte años en cartel y yo crecí viéndola todos los fines de semana, cuando iba al teatro con papá y mamá, y adoraba estar entre los actores y ver la obra. Especialmente recuerdo momentos maravillosos con Pepe Rubio, al que adoro.

P. Recuerdo una entrevista a tu hermana Antonia donde se disparó un buen titular. Preguntada por si era fácil dedicarse al teatro apellidándose Paso, dijo que "Los malos recuerdos que pueda tener el apellido te los llevas tú". ¿Que malos recuerdos crees que puede traer tu apellido?

R. En esto sólo puedo dar mi experiencia propia, no la de los demás. Los recuerdos de mi apellido son los mejores y no puedo estar mas orgullosa de él. Llamarme Paso es mi mayor orgullo.

P. De niño conoció a Ortás, a Riquelme, a Mariano Azaña, a José Isbert, a Bonafé, relacionados con su padre, gran autor. Muy temprano, antes del bachillerato, ya desea ser escritor. ¿Realmente crees que tenía otra alternativa en ese ambiente?

R. Papa era un hombre tremendamente inteligente, con dos carreras terminadas y una sin terminar. Dada su inteligencia y sabiduría podría haberse dedicado a muchas otras cosas, y de hecho las hizo, como su carrera de periodista la cual ejerció, como bien sabes. Pero sin duda disfrutaba del teatro y disfrutaba escribiendo. Por eso se concentro más en ello.

P. Esa carrera sin terminar fue Ingeniería Aeronáutica. No es el único escritor que se matricula inicialmente en escuelas de ingeniería: Echegaray sí acaba los estudios. Jacinto Benavente y tu padre no. ¿Crees que hubiera sido hombre de teatro también, de acabar una carrera tan exigente en tiempo con éxito, o fue precisamente el abandono de la carrera una consecuencia de su mayor amor al teatro?

R. Como ya te he dicho, tenía dos carreras terminadas y una de ellas la ejerció; si se dedicó plenamente al teatro, era por el amor y la pasión que sentía hacia esta faceta.

P. Mientras los autores españoles sólo reparan en los extranjeros cuando los plagian, Paso lee y relee a Prietsley y a otros.  Monta y dirige obras de teatro de Lorca, Valle-Inclán, pero también de Tennesse Williams. Recrea una obra de Sartre, "Hui-Clos".  Para preparar su estética, estudia a Quevedo y a Arniches, pero también a Beckett, Anouilh, y claro, a Prietsley, aunque confiesa que le aburre Adamov (y a mí también, si me guardas el secreto). Todo esto me hace pensar que no sólo tenía inspiración, sino que hacía buena la máxima de Édison que añade a ésta, para el éxito, la transpiración. Esto es, creo ver que tu padre podía dar la imagen de vago, de bohemio, como muchos de su generación, pero en realidad era un trabajador incansable.

R. Sin duda un trabajador incansable. Él escribía de noche, mientras el mundo dormía. Estuviera donde estuviera, sus ocho horas de trabajar escribiendo no se las robaba nadie. Recuerdo una cosa siempre a este respecto: mamá le esperaba levantada leyendo o hablando por teléfono con varios actores. A veces, como todo crío pequeño, me despertaba por la noche y llamaba a mamá para que me diera agua o me llevara al baño, y recuerdo entonces ella diciéndome, “entra en el despacho a dar un beso a papa”. Yo, medio dormida, entraba y siempre tendré en la memoria el cambio en el gesto de papa. Al abrir la puerta veía a un hombre concentrado, consumido en su trabajo, que de pronto levantaba la cabeza y al verme, cambiaba con la mayor naturalidad el gesto por uno de ternura infinita. Jamás he visto a un hombre irradiar más ternura y más amor en un solo gesto.

P. Lo cierto es que el "genio", eso necesario para hacer teatro de calidad, vivía en él. Confiesa que recibe la inspiración de los modos más diversos, desde el libro leído de forma pausada a la forma más iconoclasta de inspirarse viendo la jaula de los monos.

R. Qué razón tienes en citar esto. Papa siempre me decía: “Hija, escucha a todo el mundo, sin hacer diferencias de clase social, trabajo, religión o raza. Todo el mundo tiene algo que contar y siempre vas a aprender algo”. Se inspiraba en todo tipo de gentes y de situaciones vividas.

P. La ingratitud. A partir de 1958 la fecundidad de Alfonso Paso y la masiva aceptación de sus obras por el público evitó que muchas compañías se disgregaran, que muchos teatros se convirtieran en almacenes o garajes y que muchos cómicos se encontraran en paro forzoso. Todo esto ha sido olvidado por quienes menos debían: los directamente beneficiados. Él nada contracorriente, compra el cine Panorama y lo convierte en el Teatro Arniches. Mientras algunos le acusan de repetirse, otros viven, literalmente, gracias a él. ¿Alguno de los que tanto le deben te ha mostrado que no lo ha olvidado?

R. A mí no me tienen que demostrar nada, pero debían demostrárselo a él, a su memoria:  ha dado de comer a tantos, a tantos que le han rogado una obra porque querían trabajar y hoy no sólo no se dignan reconocerlo sino que ni siquiera le quieren nombrar.  A mí los cobardes no me van y prefiero ignorarlos. Bastante tienen esos con vivir en su miseria y su desagradecimiento. Yo no soy quién para perdonarles, sólo Dios puede perdonar, pero no olvido, jamás olvidaré al que me haga daño a mí o a los míos.

P. Aunque sus obras de humor amable son las que la gente recuerda con más cariño, hay que recordar que fue autor de grandes obras con trasfondo histórico, como "Nerón-Paso", aunque después de leer cómo él negaba que su obra "Preguntan por Julio César", que siempre catalogué también como de recreación histórica lo fuera, aduciendo que existen anacronismos intencionados, que lo único que pretendía era una partitura donde escribir con la soltura que acostumbraba, me queda la duda. ¿Estamos con "Nerón-Paso" ante "una partitura que permita al autor mostrarse como actor"?

R. Papá tenia absoluta pasión por el imperio romano y especialmente por la figura de Nerón, la cual me ha pasado y he leído muchísimo sobre esta parte de la historia. Nerón ha sido catalogado de monstruo por los ignorantes o los que jamás han cogido un libro. Sin duda papá hizo su versión de Nerón; era un personaje que le apasionaba y sin duda en este caso no era tanto mostrarse él como actor sino meterse en su personaje favorito de la historia.

P. Una pasión compartida. Pero sigamos. Yo soy pesimista. Esta generación, no sólo de público sino incluso de actores, que no conocen a Rodero, a Carlos Lemos, y menos aun a López Rubio o a Alfonso Paso, creo que es incapaz de distinguir entre el buen teatro y las obras que pisan escenarios sólo para cobrar subvención. Y no, no voy a preguntarte si tu padre cobró alguna vez subvenciones para estrenar. Quisiera conocer tu punto de vista sobre la situación actual.

R. Pues a pesar de que no me lo preguntes es algo que quiero contestar. Alfonso Paso jamás recibió una subvención de la época franquista, en la cual vivió. Que esto quede tremendamente claro: Paso jamás recibió una subvención.

P. Paso no es un autor solitario. Colabora con otros; por ejemplo con el genial Peliche en "Diga ud. treinta y tres". Pero donde su capacidad de trabajo en equipo adquiere toda su dimensión es en el cine, colaborando con guionistas y directores como Benito Perojo, Lazaga, Dibildos, Mariano Ozores, o el gran Rafael Salvia... no da pues la imagen de ser un hombre poco dispuesto a dar su brazo a torcer, que es capaz de aceptar otros criterios por el bien de una obra. ¿Era así realmente?

R. Papá no tenia ningún problema en colaborar con otros autores o guionistas. Tenía buenos amigos en la profesión y colaborar con ellos era siempre un placer. Respecto a criterios, supongo que unas veces daría él su brazo a torcer y otras veces lo harían los otros.

P.  "Vivimos en una época de compromiso y, por tanto, vivimos un teatro de compromiso. Una obra bien hecha no basta". Ésa es una frase de tu padre. Y predicaba con el ejemplo, por ejemplo con "La corbata", una obra con sentido social con aire de sátira. Además de calidad literaria y técnica dramática, Paso se reafirma en que "Un teatro de espaldas a los problemas es un teatro perdido". No es, sin embargo, la imagen que queda hoy de él. Como autor de teatro, como director de cine, se le ve como un creador de cine y teatro popular, lo que no es en absoluto malo. ¿Con cuál de las dos visiones te quedas?

R. Pues me quedo con las dos facetas por diversas razones. Creo que es importante para un autor algunas veces profundizar en temas sociales, pero por otra parte no hay nada más bello que hacer reír al público. ¿Sabes cuál es una de las frases que él decía siempre? “Yo escribo para el pueblo, para que los teatros se llenen de gente que sólo quiere divertirse un rato, quiero que mis comedias las entiendan todas las gentes”.

P. A pesar de que Evangelina Jardiel en su breve biografía que, si me permites, no trata demasiado bien a tu padre, dice que ignoraba sus ideas políticas, lo cierto es que su segundo libro de ensayo, de historia, aunque él modestamente niega que sea ensayo aunque está mucho mejor construido que obras de "profesionales" de la materia, es "Los demonios familiares", publicado por Vassallo de Mumbert en 1978, en la colección "España continente nuestro", un texto que no puede dejar indiferente a nadie en una editorial nada dudosa en lo político. ¿Le pasó quizá a tu padre, hijo de alguien que se definía como republicano, que, a pesar de no interesarse especialmente en la política, una vez muerto Franco, y como dijo mi querido y llorado Fernando Vizcaíno Casas sobre sí mismo, no aguantaba ver a tanto valiente alancear a moro muerto? Hay que decir que no catalogo a Paso dentro de lo que despectivamente se llama "la carcundia". Él díjo una vez que "Me siento mucho más cerca de los melenudos de Carnaby Street que de tanto y tanto señor serio con el porvenir asegurado que veranea, come bien y ve la televisión", y la verdad es que una lectura rápida a algunas de sus obras basta para mostrarnos que es así, rezuman rebeldía.


R. Sin duda era un rebelde, no se iba a callar nunca e iba a exponer todo tipo de denuncia social, o simplemente contestar a los denostadores. Papá me dedico varios de sus artículos a mí, los cuales son unos de mis mayores tesoros, y en uno de ellos me dice, con referencia a los que  le hacen daño, a los que le intentan hundir “A éste sí, vaya; a éste le contesto”. Y muchas veces utilizaba sus obras para ello, ridiculizando ciertos personajes de la sociedad, por ejemplo.

P. Casi enlazando con lo anterior, hay un punto de su biografía, siendo exactos más bien en la de su padre, que resulta chocante: el cómo abandonan el apellido Afán de Ribera, ilustre y cargado de historia, por el de Paso, en homenaje a un hermanastro de don Antonio. Como estoy vinculado familiarmente a la familia Afán de Ribera es algo que me veo casi obligado a sacar a colación, a no dejarme en el tintero. ¿Nunca tuvo la tentación de revertir ese paso que se dio en el BOE de 13 de noviembre de 1923?

R. Sí lo hizo; sé que intentó volver a tener su apellido original, estaba tremendamente orgulloso de ser Afán de Ribera, ni te imaginas la de veces que me hablaba de ello, de dónde provenía nuestra familia, de nuestros antepasados. Siempre que viajábamos por España, bien en vacaciones o bien en giras con las compañías de teatro, si había algún punto de esa ciudad ligado a nuestra historia, se preocupaba de contármelo todo. No recuerdo bien la razón por la cual no pudo volver a tomar su autentico apellido, pero sé que hubo una.

P. Nos dejamos muchas cosas en el tintero. Hemos sobrevolado muchos aspectos suyos. Nos dejamos casi sin rozar al Paso actor debutante en "Sosteniendo el tipo", al Paso cantante en Florida Park en 1970, local donde poco después se vería con Íñigo en sus programas de la entonces omnipresente TVE, al Paso que fue capaz de escribir en 1950 "La opinión de Bolivar sobre España"... nos dejamos Paso para rato, para cien entrevistas más. Pero hay que poner un fin a todo y éste es un momento estupendo para agradecerte tu amabilidad.

R. Yo también quiero agradecer tu admiración por papá. Para el mundo, Paso era un autor; para mí era algo más grande, algo sin igual, era mi padre, el mejor padre del mundo. Es y será siempre mi héroe, mi gran inspiración. Me enseñó tanto, me inculcó tantas cosas buenas. Le echo de menos a diario, y todo lo que hago en esta vida lo hago para que se sienta orgulloso de mí desde el cielo, para seguir distribuyendo su obra por el mundo y para que ustedes puedan disfrutar de su trabajo.