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Bitácora PI

ZAPATERO I, EL GOBERNADO

ZAPATERO I, EL GOBERNADO

Francisco TORRES

 

   Sólo existe algo peor que carecer de una línea económica, por errática y desacertada que sea, como es el caso de la que ha venido sustentando José Luis Rodríguez Zapatero, y es que ésta sea impuesta no ya por las circunstancias sino por elementos ajenos a los derivados de la soberanía nacional.
Difícilmente genera confianza, por más que se sigan los dictados, quien es incapaz de ceñirse a un planteamiento general fruto del análisis y el estudio de la situación. Es más, lo que acaba sucediendo es que se convierte en blanco y presa fácil de las tensiones que impulsan los grandes grupos financieros, los verdaderos dueños del dinero.

   José Luis Rodríguez Zapatero no sólo ha contribuido, por la falta de adopción de medidas cuando tenía tiempo y colchón monetario para ello, a generar una situación de crisis económica que amenaza con volverse endémica, condenando a España a sufrir los efectos tobogán que condicionarán nuestra situación durante una década, sino que nos lleva camino de ser una colonia dependiente de los grandes prestamistas internacionales aceptando, una tras otra, sus condiciones para mejorar sus expectativas de negocio. Y es que -como diría Bono- Zapatero ha pasado de ser el deseado al gobernado.

 

   Ahora, el gobierno anuncia nuevas medidas de choque para poder así contentar a los mercados, para que compren la deuda española, para que inviertan en España. El gobierno necesita dinero y, según su particular visión de las cosas, sólo puede salir de dos sitios: del bolsillo de los españoles o vendiendo patrimonio. Lo que en ningún caso se plantea es reducir el coste general del aparato político-burocrático-administrativo español. Lo que nunca se plantea es la necesidad de que el Estado recupere competencias optimizando gastos, de poner fin al despilfarro autonómico y techar la capacidad endeudamiento de unas Comunidades que también se afanan por entramparse.

   José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado nuevas medidas de ajuste, aunque difícilmente puedan denominarse así. También ha lanzado globos-sonda sobre sus próximas intenciones. La receta es fácil: reducir gastos sociales (fin del subsidio de los que hayan agotado sus prestaciones por desempleo) y subir impuestos indirectos que al final pagamos todos. En algún caso sus medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas son acertadas, aunque insuficientes para reactivarlas, ya que España lo que tiene es un problema de caída del consumo que, dada la situación de la población activa, difícilmente se puede reactivar de forma inmediata. En otros apartados se trata de aplicar la misma receta que la propiciada por el Partido Popular: vender patrimonio. La misma receta que le ha dado Esperanza Aguirre a Alberto Ruíz Gallarón. Con ello, el presidente espera ahorrar una importante cantidad de millones de Euros para paliar el déficit. España lleva décadas vendiendo su patrimonio (este recurso fue en parte responsable del afamado éxito económico aznarista) como recurso. Pan para hoy y hambre para mañana; porque cuando España vuelva a caer en recesión, ¿qué tendrá para vender?

   España, debido a la nefasta gestión económica de José Luis Rodríguez Zapatero, es un juguete en manos de los mercados (los grandes poderes financieros), incapaz de discutir las decisiones que hoy por hoy se toman en Alemania y para beneficio de Alemania en el seno de la UE. Mientras, los que continuaran pagando los desatinos del gobierno serán los trabajadores y las clases medias. Y atención por que lo que muchos defienden como gran solución es poner fin al Estado del Bienestar: no en vano, la otra tarde, en una cadena se discutía sobre la conveniencia de que existieran tantas fiestas en este mes de diciembre, sin duda porque prefieren los tiempos en los que nadie discutía que se tenía que trabajar todos los días, incluidos domingos y fiestas de guardar.

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