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LAS SILLAS PRESTADAS HAY QUE PAGARLAS

LAS SILLAS PRESTADAS HAY QUE PAGARLAS

Ismael MEDINA

 

   El préstamo de la silla de Francia a Rodríguez se pactó durante la reciente cumbre europea de preparación para la de Washington. Sarkozy, que ya había tratado el tema con el fementido Bush y logrado su aquiescencia, lo dio a entender más tarde como una posibilidad. Y Rodríguez, según costumbre, mareó la perdiz hasta que Sarkozy lo confirmó. Mantener la duda le permitió al agit-prop gubernamental acrecentar la campaña de que la ausencia no le afectaba a él sino que dañaba a España. Encandiló a los medios afines, los más, y contrarios, los menos, con sermones de patriotismo. Proclamó que España era una de las grandes potencias y que excluirla entrañaba una afrenta para todos los españoles. Y que él, el gran taumaturgo, tenías ideas para salvar al mundo de la crisis que debían ser escuchadas en la cumbre de Washigton a despecho de la oposición de Bush, nuestro pretendido enemigo común y causante de todos los males que afligen al mundo.

 

   Muchos han picado el torticero cebo de un rebuscado patriotismo. También Rajoy. Se ha prestado a comparecer en la Moncloa para aportar ideas salvadoras, junto a un rosario de invitados de la pachanga financiera, empresarial y sindical. Las ideas salvadoras de la banca se las trajo de la cumbre europea, aunque sin haber entendido de qué iba realmente la cosa. ¿Si la banca española es tan sólida como Rodríguez y sus adláteres pregonan, para qué coño necesita que le insuflen tantos miles de millones de euros a costa de los potreados y esquilmados contribuyentes y, además, con secreto garantizado? Las "medidas sociales" arbitradas para encubrir la verdadera entidad de las ayudas a los poderosos y a las cajas en quiebra bajo control socialista, configuran una farsa tan descarada como las anteriores. Un camelo que sólo pueden aceptar los idiotas y los que creen todavía en el socialismo.

   La silla que Rodríguez ocupará en la cumbre de Washington, insisto, es la de Francia. Y puesto que Sarkozy habrá de defender los intereses generales de Europa lo razonable sería que Rodríguez defendiera los específicos de Francia, a la que representará de iure y de hecho. Pero se nos ha ocultado el acuerdo tomado en la cumbre de Bruselas, a iniciativa de Sarkozy y de Merkel, de que Europa sólo tendría una voz en la cumbre de Washington: la de Sarkozy. Para llegar a ese pacto hubo de retirar Sarkozy lo que rechazaba Merkel por contrariar los intereses de su país. Y salvo que se rompa a última hora el acuerdo, la voz unánime de Europa será la de Sarkozy a la hora de presentar las propuestas de la Unión Europea. Ahí radica la clave de que Sarkozy le haya cedido a Rodríguez la silla de Francia. Parece haberle dicho: "Hazte las fotografías que tanto deseas y que con tanto empeño has mendigado. Pero mantente calladito, pues si careces de ideas y capacidad para sacar a España del atolladero, menos las tienes para resolver la crisis de Europa. Y menos aún la mundial, en manos de los Estados Unidos. Quédate en la silla que te he prestado y no hagas el ridículo". Sarkozy y las cancillerías europeas comparten lo que ha escrito "The Economist" sobre Rodríguez: "Ha dejado la dignidad a un lado y molestado a todo el mundo con la petición de que se le invite". A él. No a España.

   ¿Qué precio habrá pagado Rodríguez a Sarkozy por ocupar simbólicamente la silla de Francia en la cumbre de Washington? Tampoco en política internacional se hacen regalos sin onerosas contraprestaciones. Rodríguez pagó a Chirac su inapreciable ayuda para que ganara las elecciones el 14 de marzo de 2004 con la retirada intempestiva de Irak y un estúpido antinorteamericanismo que tanto daño ha hecho a España. Sarkozy barre para Francia y para sí mismo, aunque Merkel le haga tascar el freno en más de una ocasión. No pasará mucho tiempo sin que comencemos a conocer lo que España habrá de pagar a Francia por la silla prestada y la ansiada fotografía de Rodríguez junto a Bush, con la pretensión de humillarle, y ahora más que nada con Obama. Pero Obama no estará. Y también tendrá un alto precio cuando se la haga. No sólo el incremento de nuestras tropas en Afganistán, amén de quitarse la túnica de ONG pacifista para hacer la guerra junto a las tropas norteamericanas y de la OTAN sobre la que Obama presionará con más dureza que Bush. No en vano es demócrata.

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