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Bitácora PI

Presente y futuro de España

¿ABDICAR O NO ABDICAR? HE AHÍ LA CUESTIÓN

¿ABDICAR O NO ABDICAR? HE AHÍ LA CUESTIÓN

Francisco TORRES



   No es ningún secreto revelar la existencia de una amplia malla de personalidades del mundo político-económico-mediático que desde hace unos años están planteando e impulsando la que cada vez parece menos evitable abdicación de don Juan Carlos de Borbón y Borbón. Son los mismos que hace tiempo decidieron que había que poner fin a la censura que, desde hacía más de treinta años, se mantenía en torno a las actividades particulares del Jefe del Estado, blindando así su imagen y manteniendo las pretéritas altas cotas de popularidad de la institución.

   En voz baja, con la boca pequeña, más de un gacetillero cortesano, cuando el tema era tabú, a finales de los ochenta y principios de los noventa, hablaba de las peligrosas amistades del rey. Peligrosas en todos los sentidos. Circulaban también mil y un rumores -como antaño se prodigaba el que se refería al escaso intelecto del entonces Príncipe- sobre la lista de “amigas entrañables” que se suponía rondaban a Su Majestad. Todo ello, afortunadamente para el rey, quedaba soterrado por el botafumeiro incansable y edulcorado de una prensa rosa encantada de trastocar lo que hoy se consideraría un despilfarro a costa de los españoles en la más sublime imagen del glamur. Hoy, una vez agrietado el muro de la autocensura, lo que asoma es una peligrosa carrera por sacar a la luz la trastienda de Juan Carlos de Borbón, erosionando su imagen hasta límites insospechados y dando alas a los añorantes de caducas repúblicas.

   Cuentan que en su período de formación el entonces Príncipe Juan Carlos estaba obsesionado por entender las causas que llevaron a la caída de la Monarquía en 1931. Tanto las externas como las internas, pues si bien las primeras no tienen por qué reproducirse, la recuperación de los vicios bien pudieran hacer rebrotar las segundas. Se ha escrito que las razones por las que en tres ocasiones los Borbones tuvieron que salir del país estuvieron en relación directa con el hundimiento de la popularidad del monarca: Isabel II por su tendencia casquivana y sus líos de cama; Carlos IV y Fernando VII por aquel quítate tú que me pongo yo denigrante culminado con las abdicaciones ante Napoleón y Alfonso XIII, con un largo rosario de amantes e hijos a sus espaldas, por corrupto y diletante. Mézclese un poco de todo y el resultado lo puede poner usted, mi estimado lector.

   Desde hace unos años, para preservar la institución, la estabilidad y la continuidad del orden constitucional, se está planteando en los círculos del poder, como salida institucional que abra la necesaria reforma constitucional que reordene el sistema político español, como revulsivo, la abdicación del rey en su hijo Felipe: lo que pondría fin al pecado original de la Monarquía -no olvidemos que Juan Carlos es el rey de Franco- y a los vicios y servidumbres que el poder genera cuando se ostenta durante décadas. Si la maniobra se ha mantenido en un perfil bajo hasta hoy ha sido precisamente por la triple crisis que lo condiciona todo: la crisis económica, la crisis político-institucional y la crisis territorial. A ello se suma ahora la crisis de la Familia Real.

   La sucesión de los escándalos, en ese hilo que arranca en Urdangarín, se continúa por Corina, pasa por los elefantes, remata en la nunca aclarada fortuna real y en la herencia de don Juan -Ansón debería hacerse reparar su fervor juanista porque flaco favor ha hecho al hijo al convertir en muchimillonario el legado del conde de Barcelona poniendo algún cero de más-, y no se cierra, por más que pudiera parecerlo, con la lógica imputación de Cristina de Borbón, está poniendo a la Monarquía contra las cuerdas; porque difícilmente la figura de Juan Carlos I puede salir indemne ante tamaño desafuero Y, tal como va la cosa, temiendo la noticia con que cualquier día nos podemos desayunar, alguien debería recordar al rey que una de las razones de la caída de Alfonso XIII fue la acusación de negocios turbios, tráfico de comisiones… que entonces se hacían a nombre del “señor Gutiérrez”.

   No son pocos pues los que estiman que ha llegado el momento, aprovechando que tenemos un rey desaparecido por razones de salud, de asumir que la única salida para virtualizar la monarquía es la abdicación real. Cierto es que ésta no pude hacerse de la noche a la mañana, que debe ser ordenada y natural para no provocar ningún seísmo político-económico, que Felipe y Letizia necesitan prodigarse por España para ganar simpatías emocionales -alguien ha procurado que esa campaña no se desarrolle convenientemente-, pero sí es posible ir dando los pasos adecuados en ese sentido.

   La imputación de la Infanta y el debate sobre la fortuna del rey vía paterna no son hechos superficiales, tracas fallidas en noche de artificio, son avisos. En poco tiempo se va a producir un amplio relevo en las casas reales europeas y no son pocos los que exigen que éste también se produzca en España, entre otras razones porque el rey ya no tiene el poder “supletorio” que antaño le acompañaba, porque la generación de políticos que podían “temer” la intervención real está desapareciendo y porque, en estos momentos, con el problema territorial que España tiene planteado lo que menos se necesita es una imagen vetusta y cuestionada en la Jefatura del Estado. La historia reciente de los Borbones avala la salida, porque tanto don Juan como don Juan Carlos estuvieron dispuestos, por el bien de España eso sí, a no esperar.

CAMBIOS COTIDIANOS

CAMBIOS COTIDIANOS

Juan V. OLTRA
 

   Maruja intentaba que todo siguiera igual. Poco a poco iba parcheando, aquí y allá, manteniendo su ritmo cotidiano sin variación. Es cierto que, cuando tuvo que dejar su piso para irse a otro más cerca de sus hijos, cambió sus muebles de caoba por otros comprados en una gran superficie sueca. Las baldas se combaban con el peso de los libros y ni un solo cajón seguía ejerciendo su función de forma correcta, pero Maruja intentaba no darle importancia alguna.
Quizá lo único que le alteró fue tener que vender las joyas que Manolo le fue regalando. Por mucho que las sustituyera con bisutería, ella se sentía un poco vacía cuando miraba su joyero.
   De todas formas, no faltaba nada en su mesa. Sí, es cierto que el vino, la pasta, el aceite, el atún y su querido chocolate eran ahora de marca blanca, pero no se sentía mal por traicionar a sus marcas de toda la vida, a las que había permanecido fiel desde hace tantos años.
   Puede que el tener que vestirse con ropa comprada en el chino de la esquina y no cosida para ella por su modista de siempre, a cualquier otra mujer le hubiera sentado mal. Pero a ella el murmullo de la tele en el salón siempre le tranquilizaba el ánimo, y como estaba permanentemente encendida, no tenía tiempo de pensar en cosas que la marearan. Desde la mañana, con esas tertulias de todólogos que dominan todas las materias, a los programas con tanto grito de la noche, pasando por los culebrones, series antiguas e incluso algún anuncio de la teletienda, que siempre entretiene, la tele se había convertido en su gran compañera. Sí, su familia seguía ahí, día a día y celebración tras celebración, aunque ya no fuera en el restaurante vasco, sino en la hamburguesería yanqui del centro comercial. Lo importante era estar juntos.
   Aunque hay veces en que le diría algo a Manolito, su hijo mayor, el que se hizo cargo de la fábrica a la muerte de su marido y la fue lanzando lentamente a la quiebra mientras el resto de sus hijos crecían. Le hubiera dado un pescozón. No es que la crisis se cebara con él, o que hubiera tenido mala suerte. No. Manolito lo que había sido era un vividor. Mujeres, alcohol y coches rápidos gastaban su vida, mientras que conforme sus hermanos crecían les daba trabajos mal pagados en la fábrica y a ella... a ella dejó de darle dinero procedente de beneficios para ir pidiéndole cada vez más capital para salvar a la empresa. Patrimonio familiar que no caía en la empresa, sino en sus juergas y francachelas.  
Ahora Manolito, se había asegurado su jubilación en un banco extranjero, y el resto de la familia empezaba a notar el aliento del lobo en su cogote. Pero nadie había hecho, ni hará, nada por solucionarlo.
   ¿Les suena?. No me extraña. Maruja es España. Y a su hijo mayor... lo tenemos en el poder.

CARTAS A MIS HIJOS (V): LA BANCA

CARTAS A MIS HIJOS (V): LA BANCA

JUAN V. OLTRA

 

   Queridos capitanes:

 

   Aunque hace tiempo que no os escribo, los tiempos convulsos en los que vuestra infancia se desarrolla y que ahora nos agitan, me empujan a hacerlo. Sé que vuestra memoria ya está lo suficientemente desarrollada para que cuando, si Dios quiere, seáis adultos podáis recordar buena parte de estos acontecimientos que nos están sacudiendo. Ruego para que quede en eso, sólo en eso, en un mero recuerdo, fácilmente sepultable por bonanzas futuras; que todo quede en un mal sueño del que al despertar nada queda, salvo los sudores fríos que, con una buena ducha, desaparecen.

   De todas formas, sé por propia experiencia que los recuerdos de la infancia llegan a otras etapas de la vida convenientemente deformados por ese barniz que la adolescencia o la juventud van depositando sobre ellos, y si eso pasa de forma general con los sucesos vividos, la deformación que sufren las opiniones ajenas es aun más tremenda, motivo por el que no quiero dejar de dejaros, negro sobre blanco, mi opinión sobre algunos de los sucesos que vivimos.

   Una opinión que, por el momento en que es escrita, en plena caída en picado y sin paracaídas, sin saber cuál será el final, puede verse matizada e incluso transformada en los meses venideros, pero que en lo esencial, creo se mantendrá firme.

   Vamos a ello. Os habréis dado cuenta de que, presentando el asunto, hago alusión a la crisis. Crisis sin apellidos y que tentado he estado a colocar en mayúsculas. La crisis que en la década de los 10, entró como una tromba, amenazando, cuando no aniquilando, eso que se ha dado en llamar el "estado social" y que, ya antes de esto, estaba necesitado de múltiples parches y ampliaciones, pero nunca reducciones. Puestos a buscar culpables, las posibilidades son muchas: los hay que, de forma un tanto cretina, la distribuyen de forma igual por toda la sociedad, otros culpabilizan de forma exclusiva a nuestra casta política...

   Ojo, un inciso: quede claro que no quiero librar a nadie de sus culpas, y menos que a nadie a nuestros políticos, todos ellos, procedan de donde procedan, conformando una amalgamada mezcla de corrupción, idiocia, ineficacia, ignorancia y seguidismo imperdonable por sus coetáneos y por la historia. Pero con todo, a pesar de faltarles los cuernos y el rabo para ser el demonio emplumado, no son los últimos responsables. Es más, no son más que títeres, y de ellos ya os hablaré en otra ocasión.

   Hay que buscar al último responsable, y de igual manera que por el hilo se saca el ovillo, tirando de esos hilos que mueven a las marionetas, tenemos una sentencia de culpabilidad clarísima: la banca.

   Esa misma banca que no duda en poner de patitas en la calle a familias que se retrasan en los pagos de sus hipotecas, pero que condonan fantásticas deudas a los partidos políticos. Esa misma banca que pasó de presentar unos balances con unas ganancias que quitarían el hipo a cualquier enfermo de hernia de hiato, a pedir socorro y auxilio con el ojo y la mano puestos en la caja pública.

   Estos bancos que provocaron el agujero que vivimos, falsificando sus cuentas, vendiendo humo, potenciando la burbuja del ladrillo que tantos denunciamos sin eco, ahora se presentan como víctimas.

   Claro que es posible escuchar esa versión edulcorada que intenta vender que nuestro sistema financiero, "el mejor del mundo" según se ha llegado a escuchar, tan sólo interactuaba de acuerdo a lo que la sociedad le pedía. Y un jamón con chorreras. Los pisos no subieron en España por amor al arte, o porque se pasara a construirlos con lingotes de oro en lugar de con ladrillos (ladrillos de los que, dicho sea de paso, llegamos a ser el quinto productor mundial, tras EE.UU, Rusia, China y la India. Dado que los ladrillos no suelen transportarse, sin que por su precio de fabricación es más rentable crearlos allí donde se van a usar, lo que nos da otra pista que seguir). Pisos que se pusieron sobre las nubes, y en los que, el españolito de a pie, a creencias de que lo que dice la Constitución sobre el derecho que posee a tener una vivienda digna, se embarcó no bajo la supervisión de los bancos, sino, recordémoslo, su empuje: pisos tasados por compañías relacionadas con los bancos, construidos por empresas empujadas por los bancos, que las nutrían de dinero más que fácil, hipotecas concedidas a manos llenas sin revisar más allá de la letra gruesa, cuando no llenas de trampas en la letra pequeña para los clientes... los usuarios de los servicios bancarios se endeudaban de por vida, convirtiéndose en esclavos de los bancos. Esas sumas enormes a las que se obligaban, suponían que, aun trabajando los dos cónyuges, su vida fuera mucho más miserable que cuando sólo entraba un sueldo en la casa, y eso pensando solo en términos crematísticos, sin hablar de otros conceptos más elevados como la educación de los hijos. Tan solo os pido que caigáis en la cuenta de que, en la generación de los abuelitos de vuestros amigos, la práctica mayoría no sólo pagaron su piso y su utilitario, sino que compraron eso que se llama una "segunda residencia". Y ahora haced memoria: ¿cuántos padres de vuestros amigos compraron un chalet o un apartamento? Si descontáis los que lo recibieron por herencia, veréis que os sobran dedos en una mano para llevar esa contabilidad.

   Pero volvamos con la explosión programada de nuestra economía. Era tan obvio que ese juego de la hipoteca misteriosa nos iba a arrastrar, como predecible que nadie hiciera nada por evitarlo. Eso sí, una vez estalló, a nadie le dio por imitar posturas de líderes a todas luces de extrema izquierda, como George Bush, que en EE.UU. paralizó los pagos de hipotecas de aquellos ciudadanos que se encontraran en paro. No. No hubo medidas de ayuda al ciudadano de a pie, lo que hicieron fue demonizarlo y "salvar a la banca". Cuando la banca de quien debería ser salvada era de sí misma.

   ¿Qué es lo que pasa, entonces? Que los préstamos, que vienen de fuera, generan intereses. Intereses sobre intereses que van subiendo y se convierten en cantidades astronómicas e impagables. Dinero que se debe a otra banca, la internacional, que en realidad es la misma que la nuestra. El dinero no tiene patrias, es una patria en sí mismo.

   Cantidades que España, confundiendo perversamente España con los bancos españoles, se compromete a pagar y, como no se puede sacar de donde no hay, y no se quiere molestar demasiado al sistema bancario, se esquilma la caja social, el dinero que se emplea para pagar la educación, la sanidad, las pensiones, el sueldo de los funcionarios, la limpieza de las calles...  pero aun así es insuficiente, recordándonos esos agujeros que en Hispanoamérica, en África... convirtieron en paupérrimas economías que antes ya eran pobres.

   Huelga decir que repensar nuestro sistema autonómico u otras medidas audaces están descartadas de antemano. No quiero salirme del tema, pero recuerdo una entrevista que le hicieron a Miterrand, presidente de Francia, cuando soplaban tiempos de bonanza, y no de hambre. Al francés le sugirieron que Francia debía imitar el modelo español autonómico, que tan bien nos había funcionado aquí. El presidente francés dijo que lo sentía, pero España era un país rico y se lo podía permitir, pero Francia no.

   Pero sigamos con nuestro tema. ¿Qué solución se arbitra pues para solucionar los problemas de la banca? Se habla de nacionalización, pero es mentira: se trata de nacionalizar sólo las pérdidas, pero no los beneficios. Esto es: cuando pierden dinero, que lo asuma el Estado. Cuando gana, sólo ellos se lo llevan calentito. De la nacionalización, podríamos hablar mucho. Yo soy un ferviente defensor de la misma. Qué más quisiera que contar con una banca que, al margen de los intereses del mercado, ayudara a la pequeña empresa y a los particulares, sin cobrar por sus servicios cuando sea menester para la buena marcha del país, y haciéndolo cuando sea posible, de tal manera que sus beneficios revirtieran en todos. Una banca fuerte que pudiera evitar constipados cuando alguien se deja entreabierta la puerta de ese burdel financiero que es la bolsa.

   Es triste reconocerlo, esto no lo verán mis ojos, aunque espero que los vuestros sí. De momento tenemos una banca donde sólo gana el gran capital. Sí, sólo gana, pues cuando aparentemente pierde, el dinero, que es muy listo, ya se ha ido. Fijaos: en esta debacle, quienes más han perdido son los "pequeños inversionistas" que, confiando en la relación de agencia con su director de turno, metieron todos sus ahorros en ella, viendo cómo desaparecían por arte de birlibirloque. Y eso, siendo en extremo generoso, pues en muchos casos, ni siquiera fue un mal consejo, sino un engaño, una estafa: ancianos hay a puñados, una de ellos vuestra abuela, la yaya, que directamente fueron convencidos de que el producto en el que participaban era una especie de plazo fijo. Personas con un claro perfil conservador, que quieren tener sus pocos dineros conseguidos tras una vida de esfuerzo y sacrificio, como colchón y báculo de su vejez, fueron convertidos de ahorradores a inversionistas, viendo cómo sus sueños, y su futuro, se convertían en humo. No, no es el gran capitalista el que pierde. Como siempre pasa, no debe sorprendernos.

   Pero no quiero seguir alargándome con esto. Dejo muchos cabos sueltos que, espero, en otras cartas pueda ir completando. De momento, tan sólo apunto una solución. Si revisáis mis anaqueles (si no habéis vendido mis libros a un buhonero a peso, vaya), veréis algún que otro libro de un escritor contemporáneo mío que se llama Arturo Pérez Reverte. Decía en un artículo este autor que el retraso que sufría España se debía a que no pusimos una guillotina en la Puerta del Sol en su momento. Yo me permito apostillar que nunca es tarde. Si mi generación no lo hizo, la vuestra puede ir tomando nota de nuestro fracaso.

 

   Con cariño, como siempre, os quiere:

   Papá

ESCENAS DE LA CRISIS, CON AMNISTÍA DE FONDO

ESCENAS DE LA CRISIS, CON AMNISTÍA DE FONDO

Juan V. OLTRA

 

   Existe una ley simple de la economía:  si el trigo sube, sube el pan; si el trigo baja, el pan se queda arriba. Este hecho incontrovertible aplicado al ladrillo por nuestro fenomenal sistema financiero, nos ha traído los lodos en los que chapoteamos.

   La solución a este caos es difícil, y de tenerla yo a mano, o la habría empezado a divulgar para su aplicación, o quizá ya no estaría escribiendo estas líneas de este lado del lago estigio: los señores de negro de costumbre ya me habrían ayudado a irme al infierno, sin pasaporte, en la patera de Caronte. Pero como la ignorancia no deja de ser una desdicha voluntaria, uno pone todo su afán por salir de ella, y procura estar al día de los acontecimientos que se van disparando, no sea que me ocurra como a ese grupo de estudiantes a los que el otro día, al pasar casualmente a su lado junto a la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, les oí discutir sobre las estatuas: ¿Eran profetas? ¿Santos? ¿Mártires? ¡qué ganas me entraron de decirles: ¡Apóstoles, puñetas! ¿no queda claro con lo de la puerta de los Apóstoles? ¿no habéis contado cuantos son? ¿o es que necesitáis ver sus perfiles en Tuenti?

   Pues bien, en esta alocada carrera mía escapando de la ignorancia, al bucear entre las noticias truculentas que nos trae la prensa, que por otra parte parece que se deleita narrando con detalle de relojero el advenimiento de la oscuridad, el destello de la amnistía fiscal me ha cegado.  Aunque siempre digo que no hay nada nuevo bajo el sol, y que después de Homero y Quevedo, todo es plagio o tonterías. Y ya Quevedo dijo "no queda sino batirnos", así que cabe recordar  a  De Cospedal, quien ante un rumor periodístico aparecido hace casi dos años que anunciaba algo similar por el gobierno anterior dijo: "Rechazamos la amnistía fiscal del presidente Zapatero por impresentable, injusta y antisocial (...) A los que pagan impuestos se los suben; a los que no los pagan se les perdonan"  (El Mundo, 7/06/2010).

   Las situaciones se repiten, con los protagonistas intercambiando sus papeles. Que un gobierno quiera recurrir a esos medios para recaudar pasta gansa es lógico: decía mi abuelo que si la única herramienta que tenemos es un martillo, todos los problemas nos parecerán clavos. Pero que sea lógico no significa que sea correcta esta rendición ante la delincuencia, que de paso deja en entredicho a la Agencia Tributaria, dejándola como  inepta para combatir el fraude fiscal e insulta la honradez del españolito de a pie.

  Si no se sabía que los ricos delinquían y no se hacía nada, el responsable es un incapaz que debe pagar por ello. Y si se miraba a otro lado mientras la maquinaria del Estado exprimía a los pobres el asunto es peor, no deja paso posible a una solución ya, sino a una revolución. No nos queda pues sino confiar en la suerte (aunque los católicos sabemos que suerte es el apodo de Dios) o aspirar a ver sus caras no en la cárcel, sino sujetas a sus cabezas, clavadas en picas en las plazas públicas.

   Señoría: léame metafóricamente.  Ya sabe, eso del animus jocandi y tal.

 

 

MANIFIESTO POR LA DEROGACIÓN DE LA "LEY DE MEMORIA HISTÓRICA"

MANIFIESTO POR LA DEROGACIÓN DE LA "LEY DE MEMORIA HISTÓRICA"

FORO HISTORIA EN LIBERTAD

 

   Cuatro años después de su promulgación, el “Foro Historia en Libertad” quiere hacer un llamamiento público para conseguir la derogación de la llamada “Ley de Memoria Histórica” (Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura).

 
   Sin responder a una verdadera necesidad en su origen, estimamos que el efecto de dicha medida ha sido ahondar las diferencias entre los españoles, resucitar odios ya caducados y reabrir unas heridas que estaban cicatrizadas hace mucho tiempo. Todo ello porque su espíritu está presidido por un afán de revancha que falsifica el proceso histórico en sintonía con necesidades políticas que nada tienen que ver con la Historia.
 
   Como no pueden elevarse a “verdad histórica” —a través del BOE— cuestiones que están sujetas a la opinión de los profesionales de la materia, el Foro Historia en Libertad rechaza por principio que cualquier parlamento u organización ajena a las instancias históricas o intelectuales se atribuya competencias sobre la materia. Tampoco podemos compartir las presiones que se han dirigido hacia instituciones de esta naturaleza como la Real Academia de la Historia.
 
   A diferencia de otras posiciones que no compartimos, no es nuestra intención prescribir el olvido como actitud de los españoles ante el pasado. Bien al contrario, pretendemos que se recuerde la Historia, eso sí, con dos puntualizaciones necesarias: que ésta se asuma íntegramente, y no desde una perspectiva de parte; y que el pasado no forme parte del debate político sino que permanezca en los términos que corresponden a su naturaleza.
 
   El anterior Gobierno y sus socios parlamentarios crearon la ficción de que el sistema político vigente enlaza con la presunta legalidad de la II República, soslayando el verdadero origen de la presente situación. Y en algún aspecto se lograron reproducir determinados caracteres sectarios y totalitarios de dicho régimen republicano que han amenazado con renovar alguno de los más desgraciados episodios de nuestra historia contemporánea.
 
   Zanjada dicha pretensión en las urnas el pasado 20 de noviembre, estimamos que no habrá regeneración posible ni España logrará salir de la profunda crisis en que se encuentra (y que va mucho más allá de lo económico) si —entre otras medidas— no se procede a la puesta en marcha de los cauces parlamentarios que permitan la inmediata derogación de la mal llamada Ley de Memoria Histórica.
 

   Además, para evitar una continua inercia en los criterios aplicados en este terreno, proponemos que se den los pasos necesarios para que los usos públicos de la historia sean objeto de una legislación de acuerdo con lo que ocurre en los países de nuestro entorno, de manera que las iniciativas gubernamentales al respecto queden al margen de las consignas de los partidos y no se permita una restricción a las libertades públicas que vaya más allá de la protección de los derechos de la verdad y del honor.


Foro Historia en Libertad
historiaenlibertad@hotmail.es

GRACIAS, PSOE

GRACIAS, PSOE

 Juan V. OLTRA

 

   La sintaxis y la semántica. Carmen Chacón, ministra de defensa: "Patronal en relación a la energía o no firman a las doce. Sta ya arreglado?. Acaba de preguntarnos Cándido en voz alta a Valeriano y a mi k estamos en desayuno?” Mensaje SMS captado por El Economista, 3 de febrero de 2011.

 

   La corrección y buena educación. Aurora Cedernilla, subdirectora general de Formación para la Seguridad Vial: "Hola a tod@s. Cómo habréis comprobado, no me gusta felicitar la navidad, pero si lo hago al final de cada año. Como también habréis comprobado (los que lo recordéis), me gusta que la felicitación sea en verso (por eso de elevar la calidad epistolar -¡ejem!; en 2010 la rima era fácil (¡Feliz 2010... por el cul... te la hinco otra vez!!!, copiando la de 2005... por el cul... te la hinco!), pero para mi consternación, no daba con una adecuada para 2011...

¿O sí?

A todos vosotros, con mi cariño os deseo:

¡¡¡¡Feliz Año Nuevo!!! (y CHÚPAME UN HUEVO!!)

Besos, no os lo toméis a mal

Aurora Cedenilla Díaz (aún, aunque no sé, no sé...)". Correo electrónico reproducido en ABC. 5 de febrero de 2011.

 

   El talante democrático. Leire Pajín, ministra de sanidad:  "La ministra nombra a quien le sale de los huevos" Al ser preguntada sobre el nombramiento, aparentemente falto de méritos, de la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Visto en El confidencial, 29 de noviembre de 2010.

 

   La sinceridad. Jordi Sevilla, exministro de economía: "Zapatero es el político que más sabe de economía de toda España". Diario de Sevilla, 29 de enero de 2011

 

   La eficaz gestión económica. José Luis Rodríguez Zapatero. Presidente del Gobierno:"No son parados, son personas que se han apuntado al paro". Escuchado en Punto Radio. Mayo de 2008

 

   Estas líneas son algunas de las tantas que, salidas de las bocas de estos políticos nuestros que cuando hablan eructan bellotas, podemos rescatar de estos medios de comunicación tan cargados de noticias truculentas que, si Becquer resucitara, no haría odas a las golondrinas, sino que diréctamente se las comería.

   Gracias, PSOE. Nunca fue tan fácil escribir un artículo. Si Besteiro levantara la cabeza, os expulsaba a patadas no sólo del partido, sino también de España.

VALLE DE LOS CAÍDOS: DECLARACIONES RECIENTES Y REFLEXIONES AL RESPECTO

VALLE DE LOS CAÍDOS: DECLARACIONES RECIENTES Y REFLEXIONES AL RESPECTO

Juan Antonio LAMARCA

 

   Una vez perdida la batalla del pretendido cierre al culto, el proyecto del Gobierno es desmantelar y disolver toda presencia laboral y administrativa palpable del organismo “Patrimonio Nacional” (taquilla, guías culturales, personal de seguridad) y así deslocalizar al 100% de sus trabajadores allí destinados, concretamente 36 personas.  Éstas, pertenecientes en su totalidad al sindicato independiente de funcionarios públicos CSIF, se manifestaron en el día de ayer en la Lonja del Monasterio de El Escorial.
 
   Se calcula que a día de hoy las pérdidas en entradas que Patrimonio Nacional ya no está cobrando se aproximan unos 2 millones de euros; cantidad que hasta hace dos años se destinaba, lógicamente, al mantenimiento artístico y estructural de todo el recinto del Valle de los Caídos.
 
   Preguntados al respecto tanto el Ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, como el actual Presidente del Consejo de Administración del organismo Patrimonio Nacional, Nicolás Martínez Fresno (alias "el Rasputín de La Moncloa"), el primero ha declarado: "Está abierto a efectos de culto, que es lo que corresponde en ese sitio. Es un lugar de culto, y para eso", mientras que el segundo señala que: "Hay visitas, indudablemente, como consecuencia de la asistencia al culto. Pero no es un lugar de turismo, es un lugar de culto". Es decir, que la Administración del Estado se bate en retirada, paulatinamente, del Valle de los Caídos.
 

   Tal como ya apunté hace un año por éstas mismas fechas, resulta bastante gracioso que la absoluta dejadez de funciones y obligaciones públicas que perpetra el organismo “Patrimonio Nacional” para no realizar ninguna labor de mantenimiento, reparación o restauración en el recinto del Valle (a lo cual está obligado por la propia Ley 23/1982, de 16 de junio, Reguladora del Patrimonio Nacional, en tanto en cuanto el Valle de los Caídos está metido con calzador dentro del régimen administrativo de Patrimonio según la Disposición Final Tercera de dicha Ley) se escude ahora según éstas recientes declaraciones en que “es un lugar de culto”.
 
   Y para apoyarse en ello, hay que retornar de nuevo a lo que dispone la puñetera LMH, que mire usted por dónde, puede que desde una interpretación normativa estricta, hasta le vaya a hacer un enorme favor al Valle (está visto que Dios de los males, saca bienes):
 


Artículo 16. Valle de los Caídos.
 
1.  El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos.
 

 

   Pues muy bien. ¿Cuáles son esas normas con rango legal?
 
   > Lugares de culto
 
   El Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica. Punto.
 
   > Cementerios públicos
 
   Que yo sepa, no existe ningún cementerio público en España (ni católico, ni civil) que o esté adscrito al régimen administrativo de la Ley de Patrimonio Nacional de 1985, o sea por sí mismo de titularidad estatal. (La única excepción que podría haber es el llamado “Panteón de Hombres Ilustres”, construido en 1900 y ubicado en Madrid anexo a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, donde se pensaba dar sepultura a personajes tan “católicos” (es una ironía, claro) como Mendizábal, Ríos Rosas, Sagasta, Canalejas… es decir, liberales de tomo y lomo y precisamente con muy poca amistad hacia la Iglesia. Pero es que lo cachondo del asunto es que a día de hoy, los sepulcros destinados a cada uno ellos (esculpidos por el artista Mariano Benlluire) se encuentran vacíos porque sus respectivos restos mortales fueron retornados a sus lugares de origen. De modo que sólo se conservan las marmóreas sepulturas por su valor artístico-escultórico, pero para nada más. Razón por la cual el acceso a ese Panteón es gratuito).
 

   Pero bueno, volviendo al tema para centrarnos, todo cementerio público que contenga restos mortales se rige exclusivamente por dos textos legales AÚN VIGENTES:
 


Artículo 60. del Decreto 2263/1974, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Política Sanitaria Mortuoria:
 
En los cementerios municipales corresponden a los Ayuntamientos los derechos y deberes siguientes:
 
A)   El cuidado, limpieza y acondicionamiento del cementerio.
 
Y el Artículo 25.2 de la Ley de Bases del Régimen Local (Ley 7/1985, de 2 de abril):
 
El Municipio ejercerá, en todo caso, competencias en las siguientes materias:
 
J) Cementerios y servicios funerarios.


 
   ¡ Bingo!
 
   En resumen, queda meridianamente claro que las normas aplicables a Valle de los Caídos – y cuando la Ley de Memoria Histórica dice genéricamente “Valle de los Caídos”, se está refiriendo A TODO EL RECINTO (Basílica con sus correspondientes osarios, Explanada, Monasterio, Hospedería, Risco de la Nava y paraje natural en general) SON DE NATURALEZA COMPETENCIAL TANTO CANÓNICA COMO MUNICIPAL.
 
   Ergo, quién únicamente tiene en Cuelgamuros la legítima potestad de actuación es la Archidiócesis de Madrid y el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial.
 
   ¿A dónde quiero llegar?                 
 
   Primero: si tanto de hecho (la Administración General del Estado se retira del Valle para no ejercer sus obligaciones de mantenimiento y conservación según la Ley de Patrimonio) como de Derecho (las competencias aplicables al Valle son canónicas y municipales) ni el Gobierno ni el Estado pintan nada en Cuelgamuros…
 
   Y segundo: si lo dispuesto en la Disposición Final Tercera de la Ley de Patrimonio CHOCA en el fondo con lo dispuesto en el Artículo 16 de la LMH, y con las disposiciones legales que de ella emanan y que ya he apuntado… ¿Qué razón o motivo, pues, justifica que el Valle de los Caídos continúe irregularmente bajo en régimen administrativo de la Ley de Patrimonio Nacional de 1982?
 
   ABSOLUTAMENTE NINGUNA.
 
   ¿Y por qué decía antes que, a tenor de todo lo expuesto, hasta vayan a hacerle un favor al Valle, sin pretenderlo? Pues porque con estas disposiciones legales en la mano, solo veo una posible solución. Una solución que daría una cobertura justificativa legal y jurídica a una situación de hecho que se está dando palmariamente en éste caso, y que es tan simple como ésta: sacar al Valle de los
Caídos del régimen administrativo estatal de Patrimonio bajo el que ahora se encuentra. Es decir, hablando en términos jurídicos, “desafectar un bien inmueble” de Patrimonio Nacional.
 
  

   Sí, he dicho que es simple, pero compleja de materializarse. Y es compleja porque el Artículo 8., apartado 2, K) de la vigente Ley de Patrimonio dispone que corresponde al Consejo de Administración de PN “la propuesta al Gobierno de desafectación de bienes muebles e inmuebles del Patrimonio Nacional, cuando éstos hubiesen dejado de cumplir sus finalidades primordiales”.
 
   Es decir, que solo sería el Consejo de Ministros quién tuviera la última palabra al respecto de atender positivamente o no la propuesta de marras que le hiciera el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional de sacar al Valle de ese régimen administrativo. Con éste Gobierno, es sencillamente imposible.
 
   Pero siendo realistas, pensando con la cabeza y dejando un lado filias y fobias, con un próximo Gobierno del PP considero que a quién corresponda y tuviera la suficiente capacidad, mano izquierda y astucia para ello, tendría que poner toda la carne en el asador para que esa ficha pudiera efectivamente moverse.
 
   Si eso se consiguiera, todo el Valle de los Caídos, sujeto ya únicamente a ordenamientos canónicos y municipales, quedaría absolutamente blindado para siempre de cualquier arremetida que un Gobierno socialista pudiera querer volver a realizar en el futuro a través de la Administración del Estado.
 
   La pregunta final sería:
 
   En ese futurible, y a partir de ese momento… ¿estaría dispuesta la Iglesia Católica, a través de su jurisdicción de la Archidiócesis de Madrid, de asumir todos los costes de reparación, rehabilitación, restauración, conservación y mantenimiento que merece y reclama el Valle de los Caídos como lugar de culto y cementerio, a través de sus propios recursos económicos, o rubricando el correspondiente convenio de colaboración con empresas privadas y /o el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, al igual que ha hecho con otros ayuntamientos de España para otras tantas iglesias y catedrales?
 
   Ahí dejo la pregunta…

ME DECLARO EN REBELDÍA FRENTE AL ESTADO TIRÁNICO

ME DECLARO EN REBELDÍA FRENTE AL ESTADO TIRÁNICO

Ismael MEDINA

 

   Todavía regirá el estado de alerta cuando se publique esta personal declaración publica de rebeldía contra el sistema totalitario y antidemocrático en el que estamos sumidos. Un sistema policiaco y arbitrario que cada vez me recuerda más al que viví en el final de mi infancia y primeros y prematuros años mozos. Aquel periodo pavoroso en que el sistema revolucionario de hechura soviética se valía de una extensa red de delatores y chivatos de toda laya para llevar al paredón a cualesquiera que se les colocara el estigma de curas, beatos, burgueses, fascistas o enemigos del pueblo. O que conviniera a alguien para eliminar a la persona con la que tenía motivos de querella de muy variada índole.

   Las paredes se llenaron de carteles con un gran oreja: ”la oreja del fascismo” que todo lo escuchaba y era imprescindible ensordecer mediante la denuncia y posterior eliminación. Es la fuente en que parece que bebió la compañera Pajín, un modelo de roja ensñoritada, para redondear la patraña de antitabaquismo con la incitación al chivateo y la delación de quienes se resistan al cumplimiento de la norma. ¿No le basta al sistema con la oreja tecnológica del Gran Hermano que es SITEL, un sector de la policía remedo de la Stassi, un sector propicio de la judicatura, unas instituciones sumisas, los decretazos a esgalla, los vetos parlamentarios y todo ese aparato de represión manifiesta o encubierta en manos de Pérez Rubalcaba, un sujeto sin principios ni reparos morales, especialmente dotado para el trabajo sucio en las cloacas de un Estado en fase acelerada de desintegración?

   Aprendí entonces a practicar lo que ya me venía de casta: la rebeldía frente a la sordidez, la imposición totalitaria y el miedo. Las medidas coercitivas de la libertad personal responden a un mismo principio: la estrategia del miedo. Y una sociedad trabada por el miedo se convierte en insolidaria. En cenagosa realidad que excita y favorece la insurgencia de los más bajos instintos. Pero no es lo más aciago que la sociedad sea presa del miedo y abdique de cualesquiera valores morales que el sirvan de referencia para rebelarse contra la tiranía que la corrompe y animaliza. Lo es aun más que los poderes políticos, y otros ocultos tras de ellos, se valgan del Estado para avanzar sin resistencia perceptible en una sórdida conspiración encaminada a desfondar las estructuras básicas de la convivencia, empezando por la familia, y en la asfixia de las libertades más elementales del ser humano.

 

EL RELATIVISMO COMO SOPORTE E INSTRUMENTO DE TIRANÍA

 

   La llamada Educación para la Ciudadanía de obligatoria dispensa en los centros de enseñanza, desde la elemental, provocó el lógico rechazo de amplios sectores de la sociedad. Acciones judiciales entre ellas y recursos ante el tribunal constitucional. No creo necesario aludir a los contenidos de la EpC. Son de sobra conocidos y se orientan hacia una perversión de niños y jóvenes cuyas nefandas y rebuscadas consecuencias ya padecemos. El carácter imperativo de EpC sustrae asimismo a los padres el derecho constitucional e inviolable a la tutela y la educación de sus hijos.

   A los recursos de inconstitucionalidad presentados ha respondido la Abogacía General del Estado con informe esclarecedor que apenas sí ha trascendido a los medios ni a los ámbitos parlamentarios. Se conoce su contenido merced a las revelaciones de Hazte Oír, una plataforma digital que no ceja en la investigación y denuncia de la estrategia iluminista de destrucción sistemática de los valores y principios que dan cohesión a la sociedad y le ofrecen soporte para su defensa frente al totalitarismo desintegrador.

   Reproduzco de Hazte Oír los párrafos más llamativos y esclarecedores del escrito de la Abogacía General del Estado. Pero no sin advertir que depende directamente del ministro de Justicia, Caamaño, autor de la parte más depredadora de la soberanía nacional del Estatuto de Cataluña y ampliamente reconocido como masón.

Copio:

“La libertad ideológica del menor no puede quedar abandonada a lo que puedan decidir quienes tienen atribuida su guarda y custodia o su patria potestad”.

“No sabemos a ciencia cierta hasta qué punto los padres actúan en defensa de unas convicciones que la menor comparte o rechaza.”

“Difícil parece otorgar a los padres el amparo que piden cuando se ha desconsiderado la libertad ideológica de la menor”.

“La concepción filosófica que presupone la democracia es el relativismo”.

“La democracia no tiene que pedir perdón por ser un régimen esencialmente relativista, sanamente relativista.”

 

   Todas las declaraciones institucionales relacionadas con los derechos humanos ratifican el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas. También la Constitución de 1978 en varios de sus artículos relativos a la libertad y derechos de las personas y las familias, en uno de los cuales hace mención expresa a su vinculación con la Declaración Universal de Derechos Humanos. ¿Pero acaso puede sorprendernos a estas alturas que Gobierno e instituciones ilegítimamente a él subordinadas hagan caso omiso de la normativa constitucional y la prostituyan cada vez que les vienen en gana?

 

NO EXISTE PARA EL RELATIVISMO MÁS VERDAD ABSOLUTA QUE LA SUYA

 

   Existe un amplio debate sobre el relativismo científico desde que Einstein definió su teoría sobre la relatividad. Pero lo es mucho más y controvertido respecto de su traslación a lo que se ha dado en llamar relativismo cultural. Un amplio sector de tratadistas desmiente la pretensión relativista de imponer su propio modelo a un espacio cultural y social con fundamentos arraigados y su lógica singularidad. No es la ocasión, si embargo, de enfrascarme en este sugestivo debate suscitado por la Abogacía General del Estado respecto de los recursos presentados contra la monstruosidad conocida como Educación para la Ciudadanía. Pero no eludo, pues me parece esclarecedor, lo que Ferreter Mora escribió al propósito en su “Diccionario de Filosofía”.

   Ferreter Mora define el relativismo cultural como “la tendencia gnoseológica que rechaza toda verdad absoluta y declara que la verdad, o mejor dicho, la validez del juicio depende de las condiciones o circunstancias en que es enunciado”. También dice del relativismo cultural, y acaso esté aún más claro, que es “la tendencia ética que hace el bien y el mal dependientes, asimismo, de las circunstancias”. En nuestro caso, y en tantos otros, este entendimiento del relativismo choca frontalmente con el código de valores y principios de la civilización cristiana. Y más en concreto, de la Iglesia católica a cuya influencia y destrucción se encamina el NOM, el cual he elevado el relativismo a la categoría de religión mundial absoluta en la que el bien, sea individual o colectivo, no tiene cabida si condiciona u obstruye el triunfo del mal.

   No es ocioso en este punto recordar el origen satánico de la Orden de los Iluminados promotora tanto del relativismo liberalista como del marxista. Toda su estrategia de poder mundial se asienta sobre el relativismo cultural tal como o describe Ferreter Mora y enarbola la Abogacía General del Estado en defensa de Educación para la Ciudadanía. Se trata en definitiva del absoluto totalitario de atribuir al Estado, y al gobierno como ejecutor, la educación de las jóvenes generaciones sustrayéndola a la potestad de los padres en detrimento de la unidad familiar. Normativas anteriores como la legalización del aborto o de la eutanasia, la libertad de abortar para las menores de 16 años sin permiso paterno, la libre dispensa de la píldora postcoital, el feminismo a ultranza y tantas otras, en especial la cristofobia, son consecuencias inseparables del relativismo moral defendido por la Abogacía General del Estado en el caso concreto de EpC. ¿Y acaso no lo es también que Rodríguez considere a la nación algo discutido y discutible?

   Sin negar que Rodríguez es un ignorante, además de un paranoico irrecuperable, me pregunto si su incapacidad de discernimiento no es producto en buena medida de un empacho de relativismo mal digerido. Lo suyo son los sueños de la sinrazón, siempre frente al bien, sea cual sea su adjetivación. Su entorno ministerial y de asesoramiento lo conforma una suerte de clonación ideológica, compuesta por una mayoría de loros mentales y una reducida minoría influyente y anclada en un enconado odio retrospectivo que enlaza soterradamente con los fuentes inspiradoras de la estrategia relativista y alimenta el disolvente que los loros se encargan de esparcir, enlatados en normas imperativas.

 

UNA LEY PARA RELATIVIZAR EL VALOR CONCEPTUAL DE LAS PALABRAS

 

   El último de estos enlatados relativistas fue anunciado el pasado día 7 en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros por la titular de Sanidad, Leire Pajín. Me refiero al proyecto de ley titulado Ley Integral de Igualad de Trato y no Discriminación. Según la Pajín tendría como objetivo que “nadie pueda sentirse humillado por razones de nacimiento, raza, sexo, convicción, discapacidad, identidad sexual o enfermedad”. Es difícil concebir que un proyecto de ley de esta índole, por muy disparatado que sea, o parezca, pueda ser elaborado por una cabeza cuya vaciedad la ocupa el serrín de los más burdos tópico progresistas. Tengo para mí que, al igual que en otras ocasiones, Leire Pajín, o Pijín para algunos, fue utilizada una vez más como loro cualificado. De lo que se trata en realidad es de relativizar la entraña conceptual de los vocablos de uso común en la lengua española, dejando en manos del poder político su interpretación “políticamente correcta”.

   Discriminar ha significado siempre a efectos científicos y sociales la diferenciación en grupos homogéneos del todo de que forman parte. Una necesidad imperiosa desde que el hombre primitivo tomó conciencia de sí mismo y de su entorno, pues en caso contrario viviría sumido en el caos. Discriminación selectiva y comprensible que se multiplica al hilo del progreso científico. Se trata, en definitiva, de separar el trigo de la paja. Y luego, de agrupar cada una de las especies de trigo. Los ejemplos pueden ser múltiples. Hoy, verbigracia, se discriminan cada vez mayor número de cánceres tipificados. La discriminación configura por tanto la exigencia insoslayable de dar a cada cosa su nombre en toda su robustez conceptual.

   Un ciego no deja de ser ciego por llamarle deficiente ocular. Ni un maricón deja de ser maricón por enjaretarle la condición abstrusa de gay. Ni una lesbiana por utilizar el término más complaciente de homosexual. Tampoco un loco dejará de serlo por el mero hecho de considerarlo deficiente mental. Nada hay de peyorativo en llamar cojo al que lo es. O manco al que falta brazo o mano. Y cosi via, que diría un italiano.

   Respecto a la humillación es inevitable recurrir también al diccionario. Se consideraba humillar la acción voluntaria de inclinar la cerviz o doblr la rodilla en señal de sumisión o respeto religioso
de otra índole. Y en el área civil, por ejemplo, inclinarse ante una dama o ante el monarca. También abatir el orgullo de uno. La humillación se transforma en humillante cuando deriva en imposición degradante, depresiva o vergonzosa. Y ahí reside la triquiñuela relativista del proyecto de ley Pajín: atribuir al poder político, y a la judicatura por derivación, la capacidad unilateral de interpretar si llamar maricón a un homosexual declarado, o cojo a un cojo tiene o no carácter humillante. Recurriré a un viejo chiste para explicarlo.

   Hacían la acera dos prostitutas a la espera de cazar algún cliente. Una de ellas, la más ostentosa y descarada, se aproximó a un ocasional viandante para ofrecerse. Este, la miró de soslayo y le espetó: “Eres una puta”. La prostituta se encrespó y prorrumpió en soeces insultos. La otra prostituta le reconvino: “No sé por qué te pones así por llamarte lo que eres!”. A lo que respondió la ofendida: “No; no me cabreó que me llamara puta sino el retintín con que lo dijo”.

 

   El proyecto de ley Pajín, o Pijín, prevé la creación de una Autoridad Estatal para la Igualdad de Trato y No Discriminación que “prestará asistencia a los afectados y promoverá fórmulas de mediación o conciliación entre las partes con su consentimiento. Autoridad que, al propio tiempo, podrá investigar por cuenta propia la existencia de posibles situaciones de discriminación y ejercitará acciones judiciales en defensa de los derechos derivados de la igualdad de trato”. Un nuevo organismo represor tan descarado que incluso “El País” se apresuró a equipararlo con la Inquisición. El Santo Oficio, sin embargo, se atenía a un rigor procesal que, aunque propio de la época y en otras jurisdicciones europeas no católicas, hoy se nos antoja brutal e incluso despiadado. La nueva inquisición relativista habrá de juzgar no sobre un delitito claramente tipificado, sino sobre si existió o no retintín cuando alguien llamó a otro cojo, manco, maricón, lesbiana, loco o respecto de cualquiera otra condición física o psíquica que pese a su evidencia personal como parte de un grupo diferenciado puede sentirse subjetivamente humillado por el reconocimiento objetivo de su condición.

 

FRENTE A LA TIRANÍA SÓLO CABE LA REBELIÓN

 

   Esta nueva institucionalización de la arbitrariedad no sólo implica una nueva vuelta de tuerca a la sembradura del miedo en la sociedad y a embozar su capacidad de reacción frente el progresivo recorte de sus libertades. Rompe también el principio de igualdad de oportunidades, en función del cual debe prevalecer la mejor cualificación para ocupar un puesto de trabajo. Y cada puesto de trabajo, desde uno de peonaje a uno de dirección, reclama una idoneidad profesional, física y psíquica para ocuparlo. Un manco es inhábil para una ocupación que exija el uso de las dos manos. Pero no obsta para dirigir una empresa si su capacidad profesional es acorde. Sería por contra inadmisible que a un maricón se le reconociera el derecho a dirigir una guardería infantil o un orfanato.

   El informe de la Abogacía General del Estado, la ley Pajín, la ley antitabaco, la EpC y tantas otras aplicaciones del absoluto relativista desembocan en la suplantación por el Estado de inviolables derechos familiares y personales y en la voladura de cualquier atisbo último de democracia. Consagran la existencia de un Estado tiránico frente al cual sólo la rebeldía personal y colectiva como tabla de salvación.

   Fiel a mi condición de hombre libre me declaro en rebeldía frente al Estado tiránico que aherroja mi condición de hombre libre. Y contra el Nuevo Orden Mundial que persigue la tiranía universal del mal sobre el bien. De Satán sobre Dios.