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Bitácora PI

EL SANTUARIO DE ETA

EL SANTUARIO DE ETA

Manuel Ángel PÉREZ ALDANA

 

   El plan que denunciara Mayor Oreja hace apenas un año empieza a mostrarse a luz; se han hecho públicos y notorios en los últimos días hechos consumados que van preparando a la sociedad española para que asimile una vez más el trágala de la negociación con ETA. La manifestación en Bilbao de todo el militantismo etarra que nos deja la imagen del desfile siniestro con mujeres ataviadas al estilo de la madre de Norman Beats en Psicosis, pero con el alma mucho más negra y podrida que el demenciado criminal imaginado por Hitchcock. Antes, la intervención del juez Pedraz de la audiencia Nacional autorizando a los etarras a manifestarse y rechazando la petición de amparo de la victimas para que lo impidiera. Una vez más también los jueces protegen con sus sentencias los intereses de la ETA, en esto Santiago Pedraz lidera el ranking.

 

   Después ha venido, en una secuencia perfectamente programada, el comunicado de ETA anunciando una tregua, otra más. Publicidad en todos los medios de comunicación que la han destacado en primera plana, convertida en noticia del dia. Luego llegan las declaraciones del muñidor de la negociación, el señor Rubalcaba, fingiendo una cautela desconfiada ante la tregua, y con Rubalcaba todo el PSOE se ha puesto una vez mas a representar este papel.

   Desde el fallecimiento del Generalísimo, ETA ha estado presente en el devenir de España, varias generaciones han nacido y crecido con el protagonismo criminal de la organización terrorista. Conviene recordar que la primera ETA, la de los años setenta estaba derrotada en 1976, cuando más de quinientos militantes estaban encarcelados con penas de cadena perpetua y que el consejo de guerra de Burgos y la consiguiente ejecución de los terroristas condenados afectó tan profundamente a la moral de todo el entorno etarra que presentía una reedición de la derrota militar que había sufrido el PNV en 1937. Y todo esto a pesar de que entonces no se contaba con la colaboración de Francia, sino todo lo contrario.

  

   El santuario francés ha sido uno de los referentes en la literatura de análisis sobre la banda terrorista para explicar sus éxitos y su larga supervivencia. Y sin embargo convendría un cambio de perspectiva que sin duda nos aproxima a la realidad de lo que ha sucedido. El verdadero santuario de ETA han sido los partidos políticos y su permanente apelación a la negociación con ETA. Suárez, Felipe González y Zapatero han estado empeñados durante sus respectivos mandatos en llegar a una paz negociada con los terroristas vascos.

   La negativa a una derrota de ETA está en el núcleo mismo de los acuerdos que hicieron posible este régimen de 1978; pertenece a un status quo que ha defendido la izquierda y los partidos separatistas y que aceptó durante la transición la UCD de Suárez. Aznar, víctima él mismo de un atentado del que salió milagrosamente vivo, transigió también con una negociación que no deseaba, pero impuesta por CIU y el PNV que en esto contaban también con el PSOE en la oposición y que con su voto conjunto podían derribar aquel gobierno en minoría en las Cortes. Por si no fuera suficiente, el propio Rey presionó también en esa dirección. Hasta tal punto es una condición esencial a este sistema político el imposibilitar la derrota de ETA que el propio jefe de estado se ha significado en pro de las tesis favorables a la negociación en determinados momentos: recuérdese su memorable frase “hablando se entiende la gente”. Tan solo Aznar tras aquella tregua trampa buscó el fin de ETA, su liquidación sin paliativos y estuvo a punto de lograrlo.

 

   Queda el atentado del 11 de Marzo de 2004 en Madrid. Tras él se encuentra sin duda la lógica de ETA y del status quo del que goza en este sistema político que es su autentico  santuario. Antes de que un nuevo mandato del PP precipitara la definitiva aniquilación de ETA, fue necesario el atentado terrorista descomunal, con centenares de victimas que cambió el signo de las elecciones celebradas dos días después. Y fue necesario la actuación del PSOE y de los medios de comunicación y la actuación de policías y jueces para que a día de hoy no podamos conocer con la certeza de una prueba incuestionable quién planeó y realizó aquel atentado. Quizás falten muchas piezas para completar este puzzle, pero la imagen que todavía está oculta es tan evidente como terrible.

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