NOTAS SOBRE LA AMISTAD
Alberto BUELA
A mis amigos en este tiempo postoperatorio
"Amigo es uno mismo en cuero ajeno" (Atahualpa Yupanqui)
En un trabajo anterior titulado Sobre la virtud y su funcionalidad política afirmábamos que un filósofo de la altura del escocés Alasdair MacIntyre (1929-) en un libro liminar como es Tras la virtud (1981) luego de estudiar detalladamente este proceso (el tema de la virtud en política) va a afirmar que. "Lo que me enseña la educación en las virtudes clásicas es que mi bien como hombre es el mismo que el bien de aquellos otros que constituyen conmigo la comunidad humana" (op.cit. p.281). Pero al mismo tiempo "la tradición de las virtudes discrepa con ciertos rasgos centrales del orden económico moderno y en especial con su individualismo, con su afán adquisitivo y su elevación de los valores del mercado al lugar social central" (op.cit. p. 312). Y así puede responderle tanto a J.Rawls como a R. Nozick, dos de los más significativos teóricos del pensamiento liberal contemporáneo, que la justicia no está dictada ni "por el agente racional situado tras un velo de ignorancia" ni "por el principio de igualdad respecto al derecho" sino que es la amistad=filía aristotélica, la forma fundamental y más justa de relación humana en bienes que se comparten.
Esto nos hizo pensar en aquella frase del General: "tenemos que crear una generación de amigos para fundar una comunidad organizada". Frase que nos lleva a preguntarnos desde la filosofía qué es un amigo.
Para el tema antes que nada y nada mejor que partir de Aristóteles quien ha tratado en la antigüedad en forma más extensa y profunda el asunto. Muchos lo han designado como el filósofo de la amistad. El concepto es estudiado largamente en dos libros de su Ética Nicomaquea (VIII y IX) y en el extenso libro VII de la Ética Eudemia. Además sobre este tema han escrito casi todos aquellos estudiosos que a lo largo de la historia se aproximaron a leer Aristóteles. El último gran tratadista fue nuestro maestro en la Sorbona, Pierre Aubenque: L´Amitie chez Aristote, reproducido como apéndice en su libro La Prudencia en Aristóteles, París, Puf, 1962.
Hechas estas aclaraciones vayamos al grano. Se pueden distinguir en el hombre tres tipos o clases de amistad: a) la que deriva de la mutua utilidad, b) la que deriva del mutuo placer y c) la que deriva de una preocupación común por los bienes que son de ambos amigos. Es esta última la que funda la ciudad =polis. Y éste es el rasgo que en definitiva distingue a los griegos de los bárbaros que se organizan en tribus y carecen de polis, porque ignoran las relaciones políticas que se fundan en la antiphilía u honestas amicitia o recíproco afecto.
En las amistades fundadas en un bien útil o un bien placentero, nuestra amistad se dirige a los caracteres accidentales que, circunstancialmente, vuelven a tal o cual hombre útil o agradable. El amigo no es elegido por sí mismo sino por lo atractivo de su presencia. Los amigos por interés o por placer buscan alcanzar un bien para sí mismos. La amistad de utilidad "se encuentra sobre todo en los viejos, (edad en la cual no se persigue ya el placer sino el provecho)"(1), mientras que "la amistad de los jóvenes parece tener por motivo el placer"(2). Es en estos dos tipos inferiores de amistad que se da la amistad entre y con los malos. Así la amistad entre los ruines o perversos es siempre accidental pues se da sólo cuando coinciden momentáneamente en el logro de tal utilidad o tal placer.
Incluso entre los animales se observan estos dos tipos de amistad, pero sólo la amistad como antiphilía (afecto recíproco) es exclusivamente humana y gracias a la cual y a partir de ella, el hombre se puede manifestar plenamente como un zoon politikon, como un animal político. La amistad genuina es entonces aquella que comparte bienes (agradables, útiles, vitales, espirituales, religiosos, científicos, etc.) con los amigos, pero no por los bienes sino por el amigo, por el bien "del otro de sí mismo"(3), tal la definición de amigo. Es por ello que la genuina amistad se construye en un madurar juntos. Exige una mutua reciprocidad afectiva, ser probada en la adversidad, un tiempo que consolida la confianza, en definitiva, exige familiaridad y sobre todo, intimidad.
En estos tres tipos de amistad se nota cierta igualdad, pero cuando la amistad se da entre el jefe que manda y el súbdito que obedece o entre el que está en una posición superior y una inferior esta igualdad ya no es numérica sino proporcional. En este género de amistad se incluyen las relaciones entre padre e hijo, bienhechor y favorecido, etc. La norma es que al superior se den más honores y al necesitado más provecho, pero hay recordar que "los verdaderos amigos son aquellos entre los que existe la igualdad"(4).
La amistad entre pares es uno de los dos casos que la filosofía nos permite hablar en sentido estricto de igualdad entre los hombres sin caer en ideología y el otro es el de la dignidad. Así los hombres son ontológicamente diferentes y distintos, y solo son iguales en dignidad (por el hecho de ser personas: ser único, singular e irrepetible). Si existiera la comunidad perfecta podríamos, por derivación de la genuina amistad, hablar de igualdad política entre los hombres pero sabemos que eso no es cierto; no existe ni existió.
En un estadio menor a la amistad pero al mismo tiempo como una fuente de ella se encuentra la benevolencia que se da cuando uno hace o busca hacer un bien a otro pero no existe, de parte del otro, reciprocidad. Debe de haber entonces recíproca benevolencia para que haya amistad. Mutua benevolentia decían los latinos.
Amistad y política
La relación entre amistad y política se ha degradado hasta tal punto en la sociedades postmodernas y postindustriales que vivimos que es sinónimo de negociado, peculado, cohecho, estafa a los intereses ciudadanos y apropiación de los bienes públicos. Hoy los cargos políticos no se logran por compartir convicciones o principios sino por compartir intereses, y de los más espurios. La democracia no sólo ha sido reducida a una partidocracia con sus oligarquías partidarias sino además a una cleptocracia.
Sin embargo no siempre fue así, ni tiene porqué seguir siendo de esta manera actual. Las cosas pueden cambiar y es de esperar y hay que trabajar para que así sea. Es que la realidad no es solo lo que es sino además lo que puede ser. Es cierto que existe una primacía ontológica del acto sobre la potencia pero ello no nos exige negar esta última. En principio hay que trabajar en la concepción para después poder pasar a la acción. Y esto es lo que vamos a hacer.
Dice Aristóteles hablando de la relación entre amistad y política que "La obra de arte de la política consiste sobre todo en generar amistad entre los miembros de la comunidad "(5). Esto lleva a la concordia interior de las sociedades que es "la amistad política por excelencia" (6). No se puede gobernar una nación en forma jacobina, esto es, privilegiando el interés de los grupos de presión o poder enquistados en tal o cual sociedad. Hay que hacerlo de forma tal que se logre la concordia interior entre el mayor número de sus habitantes.
Un polemólogo y politólogo como Julien Freund (1921-1993) agudo observador de lo político en nuestras sociedades contemporáneas no duda en afirmar tajantemente que: el objeto concreto de todo gobierno es asegurar la concordia interior y la seguridad exterior del Estado que administra.
La amistad como antiphilia, (afecto recíproco) es el fundamento último de la comunidad política lo que viene a explicar la enigmática frase del Perón tantas veces repetida: "tenemos que crear una generación de amigos para fundar una comunidad organizada".
Las paradojas de la amistad
Enseña Aristóteles que: "La amistad perfecta es la de los hombres de bien y semejantes en virtud, porque estos amigos se desean parejamente el bien los unos a los otros por ser ellos buenos y son buenos por sí mismos. Los que desean el bien a sus amigos por su propio respecto, son los amigos por excelencia" (7).
La primera de las paradojas que presenta la amistad es:
a) que el spoudaioV, el hombre digno, de valor, virtuoso, a la manera de Dios no tiene necesidad de amigos porque se basta a sí mismo, es autosuficiente. Sin embargo el sabio griego no es el sabio oriental de la quietud eterna, sino que él es, en última instancia: norma del obrar. La felicidad no es un estado sino una realización.
b) Otra paradoja surge respecto de la primacía entre la verdad y amistad, "pero si los amigos y la verdad nos son igualmente queridos es para nosotros un deber sagrado dar preferencia a la verdad" (8). Es que la verdad no depende del uso que de ella se haga, depende y vale solo por sí. Es un lugar común en la política cotidiana ocultar la verdad pensando en el uso que puede hacer el adversario.
c) Si el hombre "en tanto que individuo es uno e irrepetible que se desea y se ama siempre a sí mismo" (9) y "es bueno que el individuo desee su propio bien" (10) y entonces cómo puede amar a otro. Es que el amor de sí mismo se funda en la preservación del ser y no en el egoísmo como comúnmente se cree, mientras que la amistad supone dos seres separados y distintos.
Una cosa es la preservación de nuestro propio ser en lo que es y otra es la realización de ese ser, y aquí entra necesariamente la amistad.
d) Si el origen de la amistad como el del amor se apoya en el apotegma de Empédocles de Agrigento según el cual "lo semejante llama lo semejante" la amistad cuando se lleva a su máxima expresión queriendo y otorgando lo mejor de lo mejor al amigo. Cuando éste entra en la posesión de estos bienes y no retribuye se rompe la igualdad que es el principio que rige la amistad. Es que "la amitié parfait se détruit a elle-même" (11).
Función y sentido de la amistad
La condición humana es tal que el hombre conoce y sabe mucho más de los otros que de sí mismo. El hombre es complaciente consigo mismo. No al ñudo Sócrates afirmaba que la finalidad de la filosofía era conocerse a sí mismo (Γνῶθι σεαυτόν - conócete a ti mismo). Y solo podemos conocernos acabadamente cuando podemos mirarnos saliendo de nosotros, y esto solo lo podemos realizar a través del otro de nosotros mismos, esto es, del amigo.
Así "hay que tomar conciencia de la existencia del amigo" (12) porque el amigo con sus observaciones nos va a permitir tomar mejor conocimiento y conciencia de nosotros mismos.
Los griegos que carecieron de la idea de creación vieron en la amistad el auxilio ideal para la plena realización del hombre. Como ellos no tuvieron acceso a un Dios creador, trascendente, salvador, amigo, misericordioso propia del mundo cristiano posterior, encontraron en la amistad la apertura a la trascendencia intramundana.
Es que la amistad, como agudamente sostuvo nuestro viejo maestro, "introduce en el mundo sublunar un poco de esa unidad que Dios no pudo hacer descender hasta él" (13). Pues es sabido que el mundo no es un universo como pretendió la Ilustración en su época y el pensamiento único actualmente, sino más bien un pluriverso.
Así podemos afirmar que la función, la consecuencia práctica máxima de la amistad es la construcción de una comunidad justa, de ahí que la política haya sido considerada por los griegos la actividad más noble. En cuanto al sentido, su consecuencia existencial es transformar al hombre en un spoudaioV, en un ser digno, valioso y virtuoso como tal.
Vemos cómo la amistad cumple una doble tarea en la vida práctica del hombre pues le permite conocerse a sí mismo más acabadamente y puede llegar construir una comunidad justamente organizada.
(1) Ética Nicomaquea. 1156 a 24
(2) EN. 1156 a 32
(3) EN. 1170 b 6
(4) Ética Eudemia. 1239 a 4
(5) EE. 1234 b 33.
(6) EE. 1241 a 33.
(7) EN. 1156 b 6-10
(8) EN. 1096 a 16
(9) EE, 1240 b 20
(10) EE. 1240 b 5
(11) Aubenque, Pierre: op.cit p.180
(12) EN. 1170 b 10
(13) Aubenque, Pierre: op. cit. p.183
2 comentarios
Monica Uriguen -
Pedro JULIO MERCADO -