AYUDEMOS AL TERCER MUNDO: CERREMOS LAS FRONTERAS A LA INMIGRACIÓN
E-diciones Católicas (REDACCIÓN)
Una de las cosas más repugnante de la moralina sobre la emigración es el discurso sobre los pobres emigrantes del tercer mundo que vienen de un mundo de miseria al primer mundo en busca de una vida mejor. Y todo ello es cierto, pero en ese discurso, fabricado a propósito para enternecer nuestro corazón, coexisten varios fallos muy notorios.
LOS RICOS EMIGRAN, LOS POBRES NO
Porque efectivamente, la mayoría de los emigrantes vienen de un mundo de miseria. Pero precisamente los que llegan a occidente no son los pobres, sino los ricos de ese mundo pobre. Para empezar, tienen que haber ahorrado una cantidad de dinero significativa para pagar a los traficantes de carne humana. Ahora bien, los que se mueren de hambre es imposible que puedan ahorrar dinero. Pero además, para emprender ese viaje hace falta tener conocimientos y capacidades de los que no disponen los analfabetos, o los que toda su vida han luchado por comer y mantenerse con vida a pesar del hambre. Por tanto, la conclusión se impone: al primer mundo emigran los ricos y los mejor preparados del tercer mundo.
Por tanto, la emigración masiva al primer mundo no la realizan los pobres, sino los ricos del tercer mundo, y por tanto, esa emigración produce una creciente pobreza en ese tercer mundo puesto que a través de ella esos países pobres se ven desposeídos de los elementos más activos y más preparados. La consecuencia es que, esa emigración de los elementos humanos socialmente más valiosos, empobrece aún más a esos países ya de por sí pobres.
EXPOLIACIÓN DE LA RIQUEZA HUMANA
Mucho se habla de un comercio injusto y de un intercambio desigual entre los países ricos y los países pobres. Pero injusto o no, en el comercio internacional unos venden y cobran y otros pagan y se quedan con las mercancías. Pero en el caso de la emigración, los países pobres se ven desposeídos de su riqueza humana a cambio de nada o muy poco.
Mucho se habla también de transferencias de dinero al tercer mundo por los envíos que los emigrantes hacen a sus familias de origen. Sin embargo, es fácil constatar que ese dinero que se va al país de origen sirve fundamentalmente para que los familiares de ese país de origen puedan emigrar a su vez al país de destino. Con lo que esos envíos de dinero redundan en un empobrecimiento mayor al verse despojado de nuevos miembros potencialmente valiosos.
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN
De hecho, la ayuda fundamental al desarrollo del tercer mundo es la ayuda en educación, que en la práctica es en lo que se concreta el “enseñar a pescar en vez de dar un pez”. Sin embargo, como todos los expertos conocen, un ciudadano del tercer mundo que logra un cierto nivel educativo es un emigrante casi seguro al primer mundo. Por tanto, mientras no se frene esa emigración al mundo rico, será imposible empezar a poner las bases de un desarrollo en los países subdesarrollados.
LOS BENEFICIARIOS
Por tanto, ¿a quién interesa la emigración al primer mundo? Pues básicamente a dos sectores sociales: los empresarios del primer mundo que a costa de la inmigración maximizan los beneficios del capital de una forma inmediata, y los “ricos” de los países pobres que pueden ver hecha realidad su ideal de mejorar el consumo...
LOS EMPRESARIOS DEL MUNDO DESARROLLADO
La inmigración beneficia, en primer lugar, a los empresarios del Primer Mundo, ya que esa inmigración les permite mantener los salarios artificialmente bajos y empeorar las condiciones de trabajo, lo que repercute positivamente en los beneficios.
Se dice que los emigrantes ocupan fundamentalmente los puestos de trabajo que los trabajadores locales no quieren desarollar, pero no los quieren ocupar porque están mal pagados, y están mal pagados porque con la emigración siempre hay trabajadores dispuestos a ganar poco, pues en caso contrario simplemente se subiría el salario correspondiente hasta que a alguien le interese desempeñarlo.
Y mientras tanto, sigue existiendo un paro crónico de entre 10 y 20 puntos que generalmente se resuelve a través de subsidios estatales de desempleo que pagamos todos los contribuyentes pero que benefician a los empleadores que cotizan a la baja los salarios.
LOS PERJUDICADOS DE LA INMIGRACIÓN MASIVA
En primer lugar, los perjudicados son las sociedades de origen de la emigración que se ven gravemente mermadas en sus riquezas humanas.
Educar a un miembro de una sociedad es un gasto que pagamos todos a través de la inversión estatal. Es, además, una inversión rentable, pues mejora la sociedad en general. Es una inversión rentable a menos que una vez educada, esa persona emigre a un tercer país, en cuyo caso el país originario sufrirá la perdida de esa persona que se había educado generalmente a costa del erario público.
Y de hecho, todo el discurso moralista sobre la pobre gente que emigra al primer mundo en busca de mejores forma de vida, a la postre se resuelve en una persona que lo que pretende normalmente es un nivel de vida mucho más alto, y que no demuestra ningún agradecimiento y ningún amor hacia la comunidad que le ha formado. Y de hecho, tras su acto de emigrar lo que se descubre es un egoísmo y una insolidaridad notoria.
Y LA SOCIEDAD DE DESTINO
El segundo perjudicado directo es el trabajador del país de destino que ve cómo los salarios disminuyen y las condiciones de trabajo empeoran.
Y en tercer lugar, el perjudicado es la sociedad de destino que es atacada en su homogeneidad y estabilidad cultural y humana y ve cómo crece la insolidaridad social (por la competencia desleal del inmigrante en el campo laboral que se contagia a otros sectores sociales) y la inseguridad al aumentar la delincuencia con la emigración, pues, en general el inmigrante es un desintegrado social sin excesiva solidaridad y cuyo motor fundamental es el dinero, esto es , el nivel de consumo.
LA CONCLUSIÓN
Todo lo cual nos lleva a una conclusión muy clara: si occidente cierra sus fronteras, o al menos controla estrictamente la emigración, inmediatamente se beneficiaran la sociedad de origen y de destino, y en cambio los únicos perjudicados serán los empresarios que verán mermado en una parte sus beneficios y aquéllos que en el tercer mundo no verán mejorar todo lo que les gustaría su nivel de consumo
2 comentarios
Paulina Castro -
En general, muy buen análisis.
Oscar josé -