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Bitácora PI

COMUNIDAD SURAMERICANA: ¿CÓMO?

COMUNIDAD SURAMERICANA: ¿CÓMO?

Alberto BUELA

Cuando el 8 de diciembre de 2004 se lanzó en Cuzco la Comunidad Suramericana de Naciones llamamos la atención diciendo: “que pareciera tener sólo amigos. No sólo se convocó a los diez países suramericanos sino también a los enclaves coloniales de Holanda e Inglaterra en los pseudo países de Surinam y Guyana. Se olvidaron de Trinidad y Tobago,  Guayana francesa y Malvinas para hacer cartón lleno con el territorio de la América del Sur. Esta convocatoria realizada desde la ingenuidad política internacional más evidente tiene, a pesar de la buena voluntad de sus creadores, sus enemigos. Y estos son, en primer lugar, sus mismos creadores”.
 
Esta ironía se confirmó un año y medio después en la Primera Cumbre de presidentes de la Comunidad Suramericana de naciones que se realizó en Brasilia el 30 de septiembre de 2005. Con la ausencia de los primeros mandatarios de Suranam y Guyana, así como del gobernante de América del Sur más obediente a la geopolítica norteamericana: Alvaro Uribe de Colombia. La ausencia de Tabaré Vázquez de Uruguay se explica contrario sensu, pues previó el tono adverso de la Cumbre al documento que firmara en mancomún con Chávez.
 
Res non verba, la cosa no habla porque los hechos hablan por sí solos. Acá existe un país interesado vivamente en la Comunidad Suramericana y es Brasil, que además tiene intenciones no ocultas de liderazgo, el resto es “cartón pintado”. Nuestras cancillerías hacen como si se interesaran, pero no es más que un simulacro. Los hechos nos están indicando que su vocación de integración suramericana dista mucho de querer plasmarse en realidades político-económicas.
 
Por otra parte esa vocación hegemónica de la región por parte del Brasil salió a luz en el momento de la firma de la declaración final de la cumbre con la reacción de Hugo Chávez de no firmarlo, habida cuenta que no había sido discutido ni estudiado. “Venezuela no la da por aprobada. Ni siquiera se debatió la estructura institucional de la Comunidad. No aceptamos que se diga que hay una estructura aprobada. Si no se acepta un modelo de integración diferente del modelo del Mercosur o de la Comunidad Andina de Naciones - que clasificó de neoliberal - la integración de América del Sur puede fracasar”.
 
La declaración del presidente Chávez nos pone en una disyuntiva de acero: o cambiamos el modelo de integración en la construcción de la Comunidad Suramericana de Naciones o fracasamos una vez más. Esta nueva Comunidad nació, antes que nada, como una integración política, pero no puede hacerse bajo el modelo neoliberal sino sobre un modelo de desarrollo que en su proyección política reemplace paulatinamente el falso sistema de representatividad de la democracia liberal-burguesa, como sostenía Arturo Sampay, hasta el logro de una democracia participativa en donde todos los cuerpos intermedios de la sociedad civil puedan participar en la representación política.
 
Nunca se insistirá lo suficiente en aquel pensamiento liminar de Juan Bautista Alberdi en su Fragmento Preliminar: “aquello que debe caracterizar a la filosofía más adecuada a la América del sur es su aplicación a sus  problemas y necesidades concretas”. Hay que reemplazar los criterios ideológicos vigentes (los neoliberales) por criterios geopolíticos en donde se privilegien las ventajas comparativas de nuestro continente: tipo de población, complementación tecnológica y militar, “commodities”, riquezas del subsuelo (agua y petróleo), minerales estratégicos, vías navegables (del Plata al Guaira),  etc. En donde además se tenga en cuenta explícitamente la determinación del enemigo, porque si se pretende construir un gran espacio económicamente autocentrado de carácter bioceánico que involucre el destino de 346 millones de personas con una superficie el doble de EEUU y dos veces Europa occidental, no creemos que ello sea un chiste que complacientemente festejaran los poderes indirectos que manejan el mundo. Esto afecta muy importantes intereses como lo son los de las multinacionales empresarias y financieras.
  
Establecer un modelo de desarrollo y determinar el enemigo de éste, son los dos pasos previos que tienen que jugar una función sustantiva en la constitución de la Comunidad Suramericana de Naciones; de lo contrario sumaremos un fracaso más a los múltiples y variados intentos de integración regional que hemos intentado a lo largo de doscientos años de independencia virtual.

 Volvemos a insistir: el eje geopolítico de esta Comunidad Suramericana de naciones pivotea hoy a partir de Caracas y se extiende hasta Buenos Aires pasando por Brasilia, pero tiene que salir forzosamente al Pacífico por Lima, (no hay otra capitalidad disponible) que no sólo le brinda una salida bioceánica sino que sobre todo equilibra las tensiones entre los dos bloques que constituyen América del Sur: el luso y el hispano americano.

1 comentario

Tucumán -

Linda la teoría del rombo Bs.As./Brasilia/Caracas/Lima. Dale, pero risible si pensamos quién gobierna en los vértices de ese rombo.