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Bitácora PI

GATOPARDISMO Y LA V CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

GATOPARDISMO Y LA V CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

 Carlos A. PEREYRA MELE

 

"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie".

"¿Y ahora qué sucederá? ¡Ah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado".

   "El gatopardo", de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). Esta brillante obra que fuera llevada al cine por el gran director Luchino Visconti, en 1963, debería ser de carácter obligatoria su exhibición a las clases dirigentes del  siglo XXI en nuestro subcontinente. 

   Esta obra me da pie para analizar los resultados de la reunión de jefes de estado en la muy promocionada V Cumbre de las Américas, evento que se desarrolló en una pequeña isla del Caribe entre el 17 y el 19 de abril, en la ex colonia Británica (¿?), integrante del Commonwealth Británico y paraíso fiscal conocida como Trinidad y Tobago, que junto con:  Bermudas, Bahamas, Islas Turks y Caicos, Islas Caimán, Isla de Anguila, Dominica, Jamaica, Islas Vírgenes, Antigua, Montserrat, Antillas Holandesas y Aruba, San Vicente y Barbados, Santa Lucía, Granada, Panamá, Islas Malvinas, también son paraísos fiscales. Nada en política internacional es casual, así como los gestos y los símbolos, y esto nos indica un marco de referencia de donde se desarrollo este encuentro.

 

   Estos encuentros que se vienen desarrollando desde 1994, inaugurados por la administración Clinton, tuvieron el momento de mayor enfrentamiento con el Hegemon estadounidense bajo la administración Bush en la IV reunión realizada en la ciudad de Mar del Plata en el 2005, donde quedó definitivamente enterrado el proyecto ALCA. Sobre esta Cumbre que opinó el sector más influyente de EE.UU. el financiero (causante de la catástrofe financiera y económica mundial) y, además, el sector más beneficiado con los planes de salvataje de Bush y Obama, a través de su órgano periodístico el conservador Wall Street Journal, la columnista señora Mary Anastasia O’Grady dijo: "Este año las cosas empeoraron con los abusadores de la región (Chávez-Morales-Correa), acaparando la atención y Obama dejando pasar una oportunidad única para defender la libertad. Obama tenía que saber que la reunión es usada por los políticos de la región para energizar sus bases en sus países al mostrarles que pueden poner al Tío Sam en su lugar". Toda una declaración de cómo ven los sectores de las finanzas de USA a la región, al sur del Río Bravo.

   Por otro lado, la inefable dirigente de la izquierda española, Pilar Rahola, aportó en su columna dos datos, el primero que todos los que no comulgamos con el pensamiento único ni el políticamente correcto, conocemos como correcto que Iberoamérica (no Latinoamérica) sí está en la agenda de EE.UU. y que este país con la diplomacia de Obama "ha movido ficha, hay que ver  si esto desactivará los populismos reaccionarios de izquierda" (sic).

   A su vez, el coordinador de la Cumbre por parte de la administración Obama, Jeffrey Davidow, dejó trascender lo siguiente: "los EEUU buscarán agrupamientos "ad-hoc", con gobiernos, ONGs y empresas así como una variedad de formas de colaboración, dependiendo de los intereses de cada país". Y agregó que "esta administración avanzará hacia los TLCs" (Tratados de Libre Comercio, que son la alternativa al fracasado ALCA). Otra señal ha sido la visita previa a la Cumbre del vicepresidente de USA, Biden, a Chile y Costa Rica, revelando una preferencia estratégica hacia esos dos países.

 

   La Cumbre funcionó al compás del "Efecto Obama" que con su amplia sonrisa venía de pasearse victorioso de los encuentros del denominado G20 en Londres (con un amplio triunfo sobre los países que pretendían un cambio sustancial en las reglas financieras mundiales-FMI y BM- y el cambio del paradigma del dólar centrismo; de ese encuentro sólo hubo mas de lo mismo, con un fuerte beneficio de inventario a favor de USA, que traslada su default a todas las economías emergentes principalmente ) y de festejar el 60 aniversario de la creación de la OTAN Organización del Tratado del Atlántico Norte ( con otro triunfo rotundo, como fue el de incorporar a Francia a esa organización y ampliar las obligaciones ya no sólo regionales sino globales a sus socios militares europeos).

 

   A Puerto España arribó un Barack Obama, con una nueva agenda que incluía el desmantelamiento de la prisión de Guantánamo y una mínima concesión para que ciudadanos cubanos estadounidenses puedan viajar a la isla (marketing político). Con ello morigeró todo posible planteo de crítica con relación al viejo conflicto del bloqueo a la isla de Cuba por USA. Aquí, seguramente, tendremos con muchos otros pensadores Iberoamericanos disidencia, pero Cuba, digámoslo con todas las letras jamás fue una amenaza tanto estratégica como geopolítica para los Estados Unidos de Norteamérica; la única vez que pudo serlo (un problema estratégico), fue durante el conflicto por los misiles nucleares soviéticos durante los 60 y que, como sabemos, fueron negociados por las dos cabezas de las superpotencias de entonces: Kruchev y Kennedy sin la participación de Fidel Castro. Esto mismo que expreso en el presente trabajo, lo dijo Fidel Castro en su última visita a Argentina, cuando indicó que sólo la unión de Suramérica podría ser una baza importante para equilibrar las relaciones con el poderoso país del hemisferio norte.

 

   Entonces, por qué tanta euforia mediática por los acuerdos logrados en la V Cumbre, ¿qué se logró? Luego de leer la parte sustancial del documento final, el cual ya estaba demodé porque los cambios económicos y la crisis mundial lo han desactualizado, (se viene trabajando entre cumbre y cumbre) podemos concluir que es un nuevo triunfo de la diplomacia de Washington bajo esta nueva administración, ya que, como en las cumbres del G20 y la OTAN, se fortaleció en el caso de las Américas un organismo como la OEA que no nos sirve a los intereses de los iberoamericanos y suramericanos en particular, que desde su creación cumple con el rol asignado bajo la diplomacia del panamericanismo de la doctrina Monroe "América para los Americanos".

 

   Esta Organización de los Estados Americanos (OEA) se creó en 1948, en Bogotá, con 21 miembros. El grupo inicial estaba compuesto por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Cuba fue excluida en 1962 por presiones de Estados Unidos. A cambio, entre 1967 y 1991 ingresaron catorce países. Así, los integrantes del organismo hoy serían 34. Con la excepción de Canadá que se habría sumado en 1990 el resto está compuesto, en su mayoría, por pequeñas islas que fueron colonias holandesas o inglesas.

   "Según fuentes confiables, estas ex colonias son las siguientes: Antigua y Barbuda (75 mil habitantes), Bahamas (250 mil), Barbados (280 mil), Belice (155 mil), Dominica (90 mil), Granada (120 mil), Guyana (900 mil), Jamaica (dos millones 200 mil), Santa Lucía (120 mil), San Vicente y las Granadinas (120 mil), Saint Kitts-Neves (65 mil), Surinam (400 mil) y Trinidad-Tobago (un millón 200 mil). Si esto es cierto, el total de habitantes de las ex colonias es de 5. 455.000. La cifra es menor que la cantidad de pobladores de El Salvador, el país más pequeño de América continental, al que la poetisa chilena Gabriela Mistral llamó "el Pulgarcito de América". La nación centroamericana tiene 6.300.000 habitantes. Lo paradójico es que el voto de El Salvador en la OEA vale por uno y los de estas ex colonias valen por trece. Es más, el voto de San Cristóbal y Nieves, con sus 65 mil pobladores, tiene el mismo peso que el de México (cien millones de habitantes) o de Brasil (174 millones). La mayor parte de estos microestados está vinculada a la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y, en general, vive de espaldas a América hispana. En 1982, por ejemplo, durante la guerra de las Islas Malvinas se alinearon con Gran Bretaña." (Dr. Alberto Buela).

 

   Entonces, podemos apreciar que cuando iniciamos este trabajo hablamos de un gatopardismo: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" y no estamos equivocados.

   Pues nada, ¿se avanzó en frenar los planes militares en la región, por parte del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de USA para las Américas? O sobre la reactivada IV Flota desde febrero de este año, o del traslado de la gran base aeronaval de Manta (Ecuador) a Colombia, como de la continuidad del Plan Colombia Puebla, o de los planes de operaciones conocido como plan 2016 del Comando Sur. Nada; todo igual a la era Bush.

   Otros temas claves: ¿qué rol jugará USA ante la crisis económica mundial, por ellos desatada, y que está afectando a millones de ciudadanos de nuestros países? ¿Cómo afectará a nuestros intereses nacionales y regionales un fortalecimiento de la OEA y cómo quedará entonces la UNASUR y la Junta de Defensa Suramericana?, ¿y qué destino nos depara el insistir con un nuevo ALCA ahora intentándolo con los tratados de libre comercio? Todas preguntas sin respuesta, pero que nos afectan de manera concreta. La Cumbre sólo fue un escenario donde la nueva administración nos vuelve a instrumentar  la teoría de la buena vecindad remozada, o sea ellos hacen de vecinos (USA) y nosotros (los iberoamericanos) hacemos de buenos. Esta administración está decidida a presentarse como la antítesis de la anterior para remontar el gran deterioro de imagen que sufrió Estado Unidos bajo los periodos de Bush Jr., pero ello no significa que cambiaran de objetivos ni panes.  La estrategia de este encuentro la percibió claramente la antes mencionada Pilar Rahola: "la jugada de Obama, ayuda a desactivar algunos de los delirantes populismos reaccionarios -reaccionarios de izquierdas- que sacuden la zona, y cuya culpa, en los problemas latinoamericanos, no es menor".

 

   La única alternativa para nuestro desarrollo y progreso de Suramérica es, y no nos cansaremos de repetirlo, la concreción de nuestro objetivos nacionales y continentales a través de organismos que nos contengan y permitan presentarnos ante el nuevo orden mundial en formación como un solo bloque sin tutelas extracontinentales y que sean la expresión de un genuino pensamiento estratégico suramericano.

   Lo mejor será que este tipo de encuentros de rimbombante título como Cumbre de las Américas y organizaciones como la OEA vayan declinando hasta su desaparición.

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