USA Y RUSIA: JUEGO PELIGROSO POR ISRAEL
Adrián SALBUCHI
En su edición del 8 de junio, el diario neoyorquino The New York Times publicó un artículo bajo el título "Putin sorprende a Bush con un plan de escudo misilístico" referido a la reciente conferencia del Grupo de los 7 (G7) en la localidad alemana de Heiligendamm, en el que informa que el presidente ruso Vladimir Putin le propuso al presidente estadounidense George W. Bush construir juntos un sistema de defensa contra misiles en la ex-república soviética de Azerbaiján. Entre otras características, ese sistema conjunto ofrecería protección a ambos países ante un teórico ataque misilístico iraní.
Esto dejó a Bush y su equipo totalmente descolocados, haciendo peligrar la campaña conjunta de Estados Unidos e Israel de buscar alguna justificación - algún "casus belli" - para lanzar un "ataque preventivo" contra la República Islámica de Irán. La propuesta de Putin vino tras varias semanas de duros intercambios entre Estados Unidos y Rusia a raíz de la iniciativa de Bush de construir una red de radares de defensa en la República Checa e interceptores misilísticos en Polonia, propuesta claramente rechazada por Rusia.
Con esta inteligente jugada, Putin dejó al descubierto las verdaderas intenciones estadounidenses, tomándolos a Bush, Condoleeza Rice y todo el equipo norteamericano por sorpresa. Tan es así, que al día siguiente Bush no apareció en varios eventos oficiales de la Cumbre del G7, informándose oficialmente que se hallaba reprentinamente "enfermo". La realidad parece indicar sin embargo que Bush trabajaba a toda velocidad con su equipo para hallar alguna manera airosa de neutralizar esta astuta jugada rusa, ya que al proponerle construir este escudo conjunto en Azerbaijan, Putin le quitó a Bush toda justificación para construir su red de defensa antimisilistica en Polonia y la Republica Checa (que luego pretenden ampliar a Ucrania y Bulgaria).
Putin hizo su movida durante una reunión privada con Bush, tras la cual dio una conferencia de prensa en la que entre otras cosas dijo que "nosotros tenemos nuestros propias ideas, las que expliqué en detalle al presidente Bush. La primera incluye el uso conjunto entre EEUU y Rusia de la estación de radar de Gabala que Rusia arrenda en Azerbaijan. Hablé con el presidente de Azerbaijan sobre ello ayer y él me confirmo que estaba totalmente complacido en contribuir de esta manera a la seguridad global. Podría implementarse esto automáticamente e incluiríamos toda Europa sin excepción en lugar de a tan solo algunos países del continente. De esta manera, se podría eliminar toda posibilidad de que cualquier tipo de misil llegue a Europa, al tiempo que haría desaparecer la necesidad estratégica rusa de tener que reposicionar y reapuntar nuestros propios misiles".
La respuesta estadounidense no se hizo esperar. El 15 de junio el General Henry Obering, jefe de la Agencia Estadounienese de Defensa Antimisilística declaró que la propuesta rusa no ayudaría contra "la amenaza iraní", y que la instalación de un sistema de radares estadounidense en la República Checa y una base misilística (sic) en Polonia "representaba la mejor decisión considerando el análisis de las trayectorias y alcance de los misíles balísticos sobre los cuales la República Islámica Iraní se encuentra trabajando". A su vez, el 14 de junio el secretario de defensa estadounidenses Robert Gates ya había declarado durante una reunión de ministros de defensa de la OTAN que Estados Unidos seguiría adelante con la construcción de un sistema de defensa misilístico en Europa Oriental.
La explicación respecto de todo esto la dio el propio Putin durante una conferencia de prensa tras la cumbre de Heiligendamm, que fue casi totalmente ignorada por la prensa occidental, en la que explicó que Rusia no podía aceptar la propuesta estadoundense ya que no se trata tanto de un sistema defensivo sino ofensivo. Si este sistema misilístico se instala, automáticamente operará con la totalidad de la capacidad nuclear de Estados Unidos, transformándolo en una parte integral de la capacidad nuclear estadounidense.
Si alguna potencia nuclear con capacidad de ataque también dispusiera de un escudo de defensa ante contra-ataques de sus enemigos, entonces esa potencia nuclear lograría aquello que los estrategas de la OTAN vienen soñando desde los años 50: la Primacía Nuclear. Ello le permitiría imponer sus condiciones de rendición a cualquier otra potencia. El primer país que cuente con un escudo misilístico viable se transformará en el primer país con autentica capacidad de llevar a cabo un primera "ataque preventivo" contra cualquier otro país sin tener que temer una represalia nuclear. Como lo explicara el Teniente Coronel Robert Bowman, director del Programa de Defensa Misilística de la Fuerza Aérea Estadounidense, semejante defensa conforma "el eslabón perdido en materia de capacidad para llevar a cabo un Ataque Preventivo".
La excusa esgrimida por Estados Unidos para su red anti-misilística se centra en el teórico peligro de un ataque nuclear iraní, pero la propuesta de Putin anularía totalmente tal posibilidad, ya que el escudo conjunto ruso-estadounidense propuesto en Azerbaijan quedaría ubicado precisamente sobre la frontera con Irán. Todo esto pareciera retrotraernos a los días previos a la invasión de Irak por Estados unidos y el Reino Unido, cuando se buscaban excusas acerca de supuestas "armas de destrucción masiva" del régimen de Saddam Hussein, para justificar la invasión angloestadounidense a esa desdichada Nación. Esos dias de 2002 y 2003 se basaron, a su vez, en el "Proyecto para un Nuevo Siglo Estadoundiense" (PNAC - Project for a New American Century), elaborado a fines de los noventa por un equipo de trabajo que delineó toda la geopolítica del actual gobierno Bush, y que incluyó entre sus mentores y miembros, al vicepresidente Dick Cheney, a la secretaria de Estado Condoleeza Rice, y al ex secretario de defensa Donald Rumsfeld. El mismo proponía como política que "Estados Unidos debe desarrollar y desplegar defensas misilísticas globales a fin de defender el territorio estadounidense y el de sus aliados al que tiempo que brinda una base segura para la proyección del poder estadounidense en todo el planeta".
El eje del PNAC se centraba en la seguridad y expansión de Israel y la destrucción de Irak. Lo integraba un compacto grupo de poderosos sionistas fundamentalistas estadounidenses que consideran la seguridad nacional israeli como aún más prioritaria que la seguridad nacional de Estados Unidos. Entre sus miembros también hallamos a figuras como Paul Wolfowitz, Richard Perle, Douglas Feith, William J. Bennett, Eliot A. Cohen, Midge Decter, Paula Dobriansky, Aaron Friedberg, Donald Kagan, Zalmay Khalilzad, I. Lewis Libby, Leon Wiseltier, Norman Podhoretz y Vin Weber.
En sus declaraciones en Heiligendamm, Putin le recordó a la prensa internacional que fue Estados Unidos y no Rusia que inició esta nueva confrontación cuando en diciembre de 2001 Estados Unidos denunció unlilateralmente el Tratado Antimisiles Ruso-Estadounidense. Ello coincidió con la "guerra contra el terrorismo" lanzada por Estados Unidos contra todo el mundo y con la estrategia de Washington de promover regiminenes pro-OTAN en países del área de interés ruso: Polonia, Letonia, República Checa, Estonia, Lituania, Rumania, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia y Eslovenia, entre otros. Agregó Putin con cierta ironía, que "nosotros hemos retirado nuestras armas pesadas de la parte europea de Rusia llevándolas detrás de las Montaña Urales; nosotros redujimos nuestras fuerzas armadas en 300.000 hombres y hemos tomado otras medidas a favor de la paz, y ¿cuál ha sido la respuesta? Hoy Europa Oriental recibe nuevas armas de Estados Unidos, se construyen nuevas bases militares en Rumania y Bulgraria, y ahora se quieren instalar radares en la República Checa y sistemas misilístico en Polonia." Concluía Putín diciendo, "La pregunta que hoy nos hacemos es: ¿qué está pasando aqui?"
Claramente los neoconservadores pro-sionistas del Gobierno Bush están iniciando una nueva y peligrosa Guerra Fría que amenaza con transformarse rápidamente en impredecible Guerra Caliente en los próximos meses, si Israel apoyada por EEUU, decide llevar a cabo su reiterada amenaza de lanzar un "ataque preventivo" contra Irán. El mundo hoy se halla ante graves peligros militares y políticos de difícil resolución, que podrán derivar en repentinas y gravísimas crisis, y renovada guerra en el Medio Oriente.
Los argentinos debemos estar particularmente alertas y seguir de cerca estos hechos, puesto que cuando se produzca el probable "ataque preventivo" unilateral israelí y estadounidense contra Irán, nuestro país se encontrará firmemente atado y alineado detrás de EEUU e Israel, a raíz de la subordinación del Gobierno Kirchner en el caso AMIA al ceder a las presiones sionistas acusando a Iran por el ataque terrorista de Julio 1994, sin tener información fidedigna ni objetiva para hacerlo, salvo la "inteligencia" fabricada por los servicios secretos de la CIA (Estados Unidos) y el Mossad (Israel).
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