INFORME POLANCO. Jesús Polanco Gutiérrez. Familia, infancia, juventud y primera época profesional (hasta 1972)
José Martín BROCOS FERNÁNDEZ
Ha fallecido Jesús Polanco, creador del imperio editorial multimedia PRISA, abanderado y paladín del progresismo en lo político y social y del más clásico capitalismo multinacional en lo económico. Descanse en paz. Recomendamos la lectura detenida de esta reseña biográfica sobre sus sorprendentes orígenes ideológicos y la no menos extraña génesis de su grupo de empresas.
La hagiografía oficial de Polanco [1] sin entrar en antecedentes familiares nos muestra a un niño huérfano que tuvo que trabajar desde la infancia.
La realidad es que la familia de Jesús Polanco, clase media-alta, sufrió la persecución ideológica y religiosa de la guerra del 36 por el bando rojo. Al padre, encarcelado, lo liberaron las tropas de Nacionales en el 36. El franquismo familiar está fuera de toda duda. El propio Polanco
cuando tenía apenas seis años, en la víspera de la sublevación del general Franco, su tía Mariana le había dado cinco duros por cantar, con mucho gusto, el "Cara al sol", el himno de los fascistas autodenominados "nacionales". Su padre, Manuel de Polanco, presidente de una patronal de hostelería, era vendedor en Madrid de alimentos procedentes de su tierra santanderina y explotaba el café de La Granja el Henar, en la calle Alcalá, cerca de Cibeles. Nada más estallar la Guerra Civil, el 18 de julio de 1936, fue detenido en Santander y no salió de la cárcel hasta que las tropas rebeldes [ergo, las nacionales del General Franco] ocuparon la ciudad cántabra en septiembre del 36. Murió, en 1942, cuando Jesulín tenía doce años [nótese que no era ya un tierno infante].[2]
De la infancia de Polanco, nacido en el Madrid de 7.XI.1929, pero santanderino de adopción, muy poco hay publicado.
Jesús Cacho[3] recoge "fuera de la hagiografía oficial[4] [que] asegura que se vio obligado a trabajar como vendedor de libros a domicilio para costearse sus estudios"[5], dos testimonios marcadamente ideológicos de la juventud de Jesús Polanco:
Yo conocí a Polanco de jovencito, en el Frente de Juventudes del distrito de Buenavista, en la calle Ayala 15 de Madrid -asegura el periodista Antonio Izquierdo, ex director del desaparecido diario "Arriba"-. Allí le vi muchas veces, en la época en que todos éramos niños del Frente de Juventudes, años cincuenta, pleno fragor del franquismo. Creo recordar que Polanco estaba integrado en la centuria García Morato de ese distrito (...)
Enrique de Aguinaga, periodista y profesor durante muchos años de la Escuela Oficial de Periodismo, primero, y de la Facultad de Periodismo, después, preguntó un día a Polanco con cierto descaro si era cierto que había pertenecido al Frente de Juventudes:
-Sí, sí -respondió sin complejos-, y además me siento muy "flecha"...
Tiempo después, Izquierdo volvería a encontrarse a Polanco, convertido en un modesto editor que vivía en un no menos modesto piso del barrio de la Concepción de Madrid, próximo a la calle José del Hierro (...).[6]
La información anterior es corroborada y avalada por más escritos. Sabemos, según testimonio escrito de Agustín Castejón Roy[7], adjunto a fotografía del propio Polanco[8], que Polanco militó no sólo dentro del Frente de Juventudes, sino en las propias Falanges Juveniles de Franco. Dentro del Frente de Juventudes:
Las Falanges Juveniles de Franco, [son] el sector más radicalizado e ideologizado del Frente de Juventudes.[9]
El testimonio escrito anterior que pone de manifiesto la radicalidad de su militancia, concuerda con el de su Jefe de Centuria, a la sazón Juan Moreno Jiménez de Enciso que cuenta que Polanco se mantuvo en las Falanges Juveniles de Franco hasta bien pasados los 30 años, siendo uno de los más firmes en la defensa de los postulados falangistas. Recuerda a Polanco perfectamente uniformado y con los correajes correspondientes, como que
parecía tener un resorte especial en el brazo. Cada vez que veía a los camaradas, en marcial postura elevaba el brazo en saludo romano.[10]
Este testimonio es coincidente en lo esencial, de permanencia en tiempo en el FJ, con el libro de Memorias de Rafael Pérez Escobar[11]. Escribe:
...mientras que casi todos abandonaban las filas del Frente de Juventudes cuando desaparecían de su cara los rastros penosos del acné, Polanco permanecía en ellas hasta los treinta y tantos...[12]
Hizo el Servicio Militar en la Milicia Aérea Universitaria de Burgos. Tenemos también algún testimonio sobre esta época coincidente en época con su todavía permanencia en las Falanges Juveniles de Franco:
Tantos años de vida en camaradería hicieron que el joven Polanco se desenvolviese con desparpajo en la mili.
Enseguida se erigió en campeón indiscutible de las batallas de almohadas que se organizaban por la noche en el barracón, tras el toque de silencio. Pero no fue en lo único en lo que destacó: sus compañeros le apodaron la Mona por la habilidad con que saltaba de litera en litera en pelota viva y picada.
Alguien que compartió con él arrestos, guardias e instrucción fue Leandro Ruiz Moragas, el bastardo real, que en sus memorias escribe: "No he visto los huevos de mis hijos tantas veces como he visto los de Jesús de Polanco en la Milicia Aérea Universitaria de Burgos".[13]
En 1953 se licencia en Derecho con expediente normal. No parece verosímil la biografía oficial que "tuvo que costearse los estudios vendiendo libros a domicilio" [14], y ello por tres razones: primero, a finales de los años 40, principios de los 50, la Universidad Central de Madrid era semi-gratuita -apenas generaba gasto-; segundo, el patrimonio heredado familiar era lo suficientemente acomodado como para vivir holgadamente, sin dispendios; y tercero, Polanco tenía casa familiar en Santander [15] y Madrid, lo que suponía un notable ahorro.
Polanco, bien relacionado y situado en el régimen, afecto al mismo, con contactos y enquistado en las estructuras del poder por sus muchos años en el Frente de Juventudes, comienza a trabajar en 1955[16] para Florentino Pérez Embid, Director General de Propaganda del Régimen, sección de Propaganda, y que más tarde sería denominado "Dirección General de Información", inserta en el "Ministerio de Información y Turismo", con Gabriel Arias Salgado, como primer Ministro (1951-1962). El cambio de nombre se produce a finales de los 50. Jesús Polanco trabajó en la propaganda oficial del Régimen de Franco hasta 1958.
Es entonces cuando decide crear una editorial: Santillana.
En 1958 había creado, con un solo empleado, la Editorial Santillana, en una oficina alquilada de la calle Alcalá, esquina a la Puerta del Sol, y en la que el propio Polanco desempeñaba casi todas las funciones. Durante sus primeros diecisiete años de vida, Santillana, cuya actividad se limitaba a la distribución de cuadernos de caligrafía y cartillas para alfabetización, apenas experimentó crecimiento alguno. [17]
En octubre de 1969 estalla el escándalo Matesa que provoca una crisis de Gobierno, cambiando algunos ministerios. Llega al Ministerio de Educación José Luis Villar Palasí, dispuesto a enfrentar una profunda reforma en la educación. Villar Palasí nombra como subsecretario de Educación, en sustitución de Alberto Monreal, a Ricardo Díez Hotchtleiner.
Díez Hotchtleiner, "Jolines" para los amigos, responsable de establecer las pautas por las que se iban a regir los nuevos textos escolares, duró poco en el cargo; justo lo que tardó Villar en darse cuenta lo que estaba sucediendo en el Ministerio, momento en que lo sustituyó por Rafael Mendizábal, todo un caballero.
Para entonces, Jesús Polanco ya había sentado las bases de su futura riqueza. A pesar de que los planes de reforma educativa fueron objeto de información pública, el editor se las ingenió para disponer por adelantado de información esencial sobre el contenido de los nuevos programas que se iban a poner en marcha en España. Con esa información, Polanco se lanzó a la redacción e impresión masiva de los nuevos textos...
La nueva Ley General de Educación fue aprobada por las Cortes el 28 de julio de 1970, siendo publicada en el "Boletín Oficial del Estado" un mes después, el 28 de agosto. Ocho días más tarde, el 5 de septiembre, apareció en el BOE el reglamento que la desarrollaba, para, el 15 de septiembre, ponerse en marcha el proceso de su aplicación. Los editores españoles, lógicamente alarmados, se llevaron las manos a la cabeza, puesto que acababan de conocer la ley y no disponían de tiempo material para preparar los nuevos textos, de modo que comenzaron a presionar al Ministerio pidiendo que se paralizara su aplicación hasta el próximo curso 71/72, de forma que todos pudieran competir en las librerías en igualdad de condiciones.
Existe constancia expresa de reuniones celebradas por los editores en la sede del Ministerio y fuera de ella con Hochtleiner y otros altos cargos, en las cuales participó gente como Germán Sánchez Rupérez, Luis Vives.., y en las que se pidió casi de rodillas que la ley no se aplicara hasta el curso 71/72, para dar tiempo a preparar los nuevos textos, especialmente los de Matemáticas, porque ya se empezaba a aplicar la teoría de conjuntos y había que comenzar a redactar desde cero.
No hubo nada que hacer. Merced al engaño de "Jolines", la ley empezó a aplicarse, efectivamente, en el 70/71. ¿Qué ocurrió? Que mientras el resto de los editores, terriblemente enfadados, perdían el tren de un curso que ya estaba encima, Jesús Polanco les daba sopas con honda porque desde abril del 70, es decir, cuatro meses antes de que se aprobara la ley, él ya tenía los libros impresos, empaquetados y listos para su distribución por toda España. En la propia carátula de los nuevos textos puede leerse la leyenda "Libro aprobado para la EGB", cuando de la EGB nadie había oído hablar antes del 28 de agosto del 70.
¿Qué editor se hubiera atrevido en aquel entonces a una operación tan arriesgada como editar 40.000 o 50.000 libros de texto cuatro meses antes de la aparición de la ley? Sólo un hombre tan bien informado como Polanco. La verdad incontestable es que el único editor que tenía los nuevos libros de texto de EGB listos para distribuir en septiembre de 1970 era la Editorial Santillana de Jesús Polanco.
Tanto cuando era secretario general técnico como cuando era subsecretario, Díez Hochtleiner presidía la comisión de libros, "y los de Polanco siempre salían adelante, siempre resultaban catalogados en la selección, lo que les hacía después ser comprados por cientos de miles de niños", asegura un antiguo alto funcionario del equipo de Villar Palasí.[18]
Tras la destitución de Díez Hochtleiner y el aterrizaje de Rafael Mendizábal, Polanco siguió disponiendo de la mejor información dentro del Ministerio. Testimonia el propio Rafael Mendizábal:
"creo que no podé lo suficiente, porque Polanco siguió disponiendo de la mejor información dentro del Ministerio. Siendo subsecretario, me extrañó la sintonía que había con Santillana, hasta el punto de que parecía una editorial oficial, que inmediatamente sacaba los textos que necesitaba el sistema educativo en un momento determinado... allí mandaba una serie de muchachos, cercanos al Opus Dei, que, al amparo del Estatuto de la Función Pública, se habían hecho fuertes en el Ministerio y entre los que Polanco logró infiltrar topos de toda clase y condición". [Fin testimonio de Rafael Mendizabal]
La cosa llegó al punto de que, habiendo heredado la secretaria de "Jolines"... se vio obligado a despedirla a petición de Villar Palasí y a causa de las sospechas que pesaban sobre ella de pasar información.[19]
"Jolines", una vez abandonado el Ministerio, y tras una etapa de tres años en que estuvo trabajando con los programas financiados por la UNESCO para Iberoamérica, unos años en los que Polanco "se hartó de exportar libros de texto a la América hispana"[20] se fue a trabajar para Jesús Polanco[21]. El trato de favor, la información privilegiada y los favores otorgados a Polanco por parte de Díez Hochtleiner se recogen igualmente con todo detalle en El dinero del poder[22]. Así,
Este pelotazo, digno de figurar con honores en el Libro Guinnes de los Récords, fue el que le insufló a Polanco valor suficiente para "hacer las Américas".[23]
La fundación de la sociedad Promotora de Informaciones (PRISA) en el mes de marzo de 1972, no fue idea ni creación de Polanco, sino de tres socios fundadores. La fundación, el desarrollo, y la subida de Polanco aparece bien documentada en el libro de Jesús Cacho[24]. Por esta época,
Se desenvolvía muy bien con algunos miembros del antiguo equipo de Fraga, especialmente con Pío Cabanillas y Carlos Robles Piquer. Éste último, entre los años 1972 a 1973, trabajaba para Polanco en la Editorial Santillana.[25]
Será años más tarde, en el advenimiento de la democracia liberal y el auge del arribismo político, cuando empieza a operar en él un cambio ideológico dirigido a borrar de su biografía toda mancha azul de pecado original falangista. Recuerda Rafael Pérez Escolar cómo cenando una noche en el Hotel Tamanaco de Caracas, Polanco defendió con denuedo las bondades del comunismo ante un auditorio compuesto por una treintena de compatriotas ojopláticos y boquiabiertos.
Aquel hombre rechoncho y simpático, estampa de la clase media española producto y sustento del franquismo, había desertado de las filas del bando nacional para engrosar las del republicano, sin pasar antes por el centro reformista aún no inventado por Aznar, en un vertiginoso ejercicio de trapecismo político sin red. [26]
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[1] Cfr. Web Prisa.
[2] José Antonio Martínez Soler, Jaque a Polanco, la guerra digital: un enfrentamiento en las trincheras de la política, el dinero y la prensa, Madrid, Temas de Hoy, 1998, p. 84. José Antonio Martínez Soler es Dr. en Cc. de la Información y prof. titular de Economía Aplicada de la Universidad de Almería.
[3] Periodista. Autor de numerosos libros de investigación. Director de http://www.elconfidencial.com/
[4] Dos libros recogen esta hagiografía oficial, sin indagar más a fondo, pues tampoco es el cometido que se plantean: José Antonio Martínez Soler, Jaque a Polanco, [exceptuando el párrafo trascrito arriba, vid. supra nota 2. Por lo demás el libro se centra en la guerra digital]; y Juan Luis Galiacho y Julián Pérez Olmos, Los herederos del gran poder, Madrid, La Esfera de los libros, 2006, p. 346 [el libro se centra en estudio de familias influyentes en España: la fortuna y la saga...].
[5] Jesús Cacho, El negocio de la libertad, 7ª ed., Móstoles (Madrid), FOCA, 2000 (1ª ed., diciembre 1999), p. 87.
[6] Ibídem, p. 87-88.
[7] Abogado. Ex-Gobernador Civil de Tarragona.
[8] El testimonio anexo a la fotografía fue publicado en Boletín Informativo FFFF, nº 109 (Enero-Marzo 2007) p. 14. Adjunto documento en Imagen de PhotoSuite. Reseñar que la publicación de dicho Boletín va con la supervisión y colaboración de destacados catedráticos y profesores titulares de Historia Medieval y Contemporánea, Prof. Luis Suárez Fernández, entre otros.
[9] Miguel Argaya Roca, Historia de los falangistas en el franquismo, Madrid, Plataforma 2003, 2003, p. 201. Cfr. etiam Falange Juveniles de Franco como el grupo más duro, politizado e intransigente del Frente de Juventudes, en José Luis Alcocer, Radiografía de un fraude. Notas para una historia del Frente de Juventudes, Barcelona, Planeta, 1978, pasim.
[10] Testimonio oral recogido del autor [3.I.2007].
[11] Ex-Vicepresidente del Banesto. Financiero, Abogado, Economista y Empresario.
[12] Rafael Pérez Escobar, Memorias, Madrid, FOCA, 2005.
[13] Gonzalo Altozano, Revista Época, Madrid, 27.V.2005.
[14] Web Prisa.
[15] Información de casa familiar en Santander no suficientemente contrastada por el autor.
[16] Dudas sobre la fecha, 1954-1956. Florentino Pérez Embid ha fallecido. Testimonios cercanos recuerdan el paso de Polanco por el aparato de Propaganda del Régimen.
[17] Jesús Cacho, op. cit., p. 88.
[18] Ibidem, p. 89-90.
[19] Ibidem, p. 91-92.
[20] Ibidem, p.92.
[21] Cfr. Jesús Cacho, op. cit., p. 92.
[22] José Herrera Díaz & Ramón Tijeras, El dinero del poder. La trama económica en la España socialista, Madrid, Cambio 16, 1991, 713 págs.
[23] Gonzalo Altozano, Revista Época, Madrid, 27.V.2005.
[24] Cfr. Jesús Cacho, op. cit., págs. 93-100.
[25] José Ignacio San Martín, Servicio especial. A las órdenes de Carrero Blanco (de Castellana a El Aaiún), Barcelona, Planeta, 1983, p. 247.
[26] Gonzalo Altozano, Revista Época, Madrid, 27.V.2005.
1 comentario
¿Quién estuvo en el entierro de Polanco? -
Antes del entierro y durante toda la mañana, un auténtico reguero de personalidades visitó la capilla ardiente situada en la Fundación Santillana. Representantes del mundo de la cultura, como el premio Nobel de Literatura José Saramago, de la ciencia, como el cardiólogo Valentí Fuster, o de la empresa, como el presidente de Telefónica, César Alierta, acudieron a rendirle un último homenaje.
La presencia en estos actos parece desvelar las simpatías y antipatías que despertaba el fallecido editor.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es