EL CONTINENTE DE LA ESPERANZA
Rafael LÓPEZ-DIÉGUEZ
Recientemente ha concluido en Santiago de Chile el I Encuentro Mundial del Frente de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, al que amablemente fui invitado en mi calidad de Secretario General de Alternativa Española (AES), pese a no ostentar cargo parlamentario alguno y, menos aún, ejercer como gobernante. Quizá la razón fuera la escasez de este “género” en España. Fue un Congreso lleno de ilusión y buenos propósitos, que inició la sesión con una Santa Misa y concluyó con una oración. Un Congreso donde todos los diputados, asambleístas, congresistas o gobernantes, incluso los de gobiernos de la izquierda, como es el caso del representante de Ecuador, con quien tuve el placer de compartir comisión, hablaron de su compromiso con Dios y de su obligación de trasladar a la vida pública tanto el mandato de la Ley Natural y la Moral Objetiva como el de nuestro Credo en materia de Vida y Familia.
El Congreso analizó el origen de la cultura de la muerte identificando con nombre y apellidos las multinacionales del aborto y la eutanasia, tales como las Organizaciones dependientes de la ONU o las grandes fundaciones internacionales. Se explicó cómo a estos países hermanos en vías de desarrollo, las grandes potencias norte-europeas, suecas o inglesas, les niegan sus fondos estructurales si no apoyan la política antinatalista y proabortiva, y cómo, pese a la presión, ellos se niegan con la valentía que caracteriza a los pueblos nobles, y prescinden de esas ayudas en pro de la cultura de la vida. He conocido a parlamentarias valientes y convencidas de la necesidad de dar su batalla, de combatir las políticas feministas que destruyen su propia identidad, apartándolas de su principal compromiso que es el de su maternidad como pilar de la familia.
He tenido la oportunidad de escuchar en boca ajena el discurso de AES; cada vez que alguien comentaba las materias que allí nos habían congregado, oía recitar nuestro decálogo. Por primera vez no me he sentido extraño en un foro de gobernantes y representantes parlamentarios. Hablábamos de lo mismo. Cuando alguno de los allí presentes se refería a su nación, la llamaba Patria y cuando miraba a los españoles, miraba a su madre Patria. Algunos parlamentarios me hablaron de su deber moral de defender su Patria conscientes de que la desmembración de la misma favorece la cultura de la muerte. El Gobernador del Estado de Morelo, en Mejico, explicó la política en su Estado a favor de la vida y la total ilicitud de cualquier acto contrario a la misma. La actual presidenta del Frente, la senadora argentina Liliana Negre, pronunció un discurso vibrante y lleno de emoción, sobre el deber de los parlamentarios en el mundo y la necesidad de globalizar la cultura de la vida.
Podría escribir un libro lleno de elogios a los participantes de este Encuentro, pero es de justicia hacer mención especial a los anfitriones, al grupo de representantes chilenos que han conseguido que se sumen a este proyecto el 51% de los diputados chilenos (compárenlo con España), para de esta forma blindar la cultura de la vida en Chile; un discurso brillante del joven diputado de la UDI, José Antonio Kast Rist, padre de nueve hijos, comprometido, valiente y todo un ejemplo a seguir. Mención especial para el profesor Benjamín Correa, organizador del evento y padre de esta criatura maravillosa que es el Frente por la Vida y la Familia.
Mi intervención se basó en trasladar la nefasta experiencia de Europa, y ponerlos sobre aviso ante la amenaza que se cierne sobre ellos y de esta forma adoptar medidas a tiempo –en este sentido, una de las conclusiones a las que se llegó es que en todas las ocasiones la forma en la que se inicia el proceso de destrucción de la cultura de la vida, es el mismo-. Enuncie tres amenazas en base a la experiencia española. La primera de ellas, la forma en la que el enemigo de la cultura de la vida se oculta, se transforma, se mimetiza con el terreno, dejas de verlo y terminas por encontrarlo sentado en tu mismo estrado, en tu mismo partido. La segunda, cómo la disciplina de partido podría ahogar su lucha quedándose en una minoría marginada del mismo. La tercera amenaza, frente a las políticas economicistas para dar solución al problema de la vida (también importantes), la necesidad de una revolución moral y cultural, en la que con rigor se vuelva hacia la defensa de la Ley Natural y la Moral Objetiva en pro de la vida y la familia, iniciándose este proceso en el seno de la misma.
También advertí sobre lo que ha sucedido en España, donde la Píldora del día después, la criminal RU-486, la investigación con embriones, las uniones de homosexuales y la adopción de menores por parejas homosexuales no nos vinieron de la mano del PSOE o de un proyecto radicalmente opuesto a los Principios y Valores que allí se defendían, sino que fueron aprobados y/o regulados con el PP en el poder y con mayoría absoluta. A eso me refería cuando decía que el enemigo se transformaba y se mimetizaba y el gran riesgo de que la normalización de esta política contra-vida venga de la mano de proyectos como el del PP, otorgándoles carta de naturaleza, lo que hace que la sociedad los asuma como buenos al converger el interés de todos los partidos. A eso me refería cuando decía que la disciplina de partido podía ahogar sus expectativas. A eso me refería cuando decía que la solución no sólo pasa por guarderías y casas de acogida o por disponer de más dinero -repito, todo ello muy importante-, ya que la experiencia nos dice que pese a que vivamos en regiones privilegiadas y ricas, el aborto crece desmedidamente, como es el caso de Madrid, Valencia, Barcelona... Más que nunca hoy es necesaria una revolución cultural, volver a decir sí a la vida y rescatar para los padres la educación moral de nuestros hijos.
Todo esto lo expuse en presencia de don Ángel Pintado, diputado del PP, por el que siento un gran afecto y a quien le honra su actitud en determinados debates parlamentarios, pero al que no se le escapa la verdad de mis planteamientos. Y lo hice porque, como así me lo habían manifestado en repetidas ocasiones, era lo que nuestros hermanos de Hispanoamérica esperaban de nosotros; era la obligación de los españoles que allí fuimos convocados. No fuimos a defender una posición institucional partidista indefendible, proponiendo que el próximo Congreso se celebre en Madrid (quizá para que Esperanza Aguirre les explique cómo se conciertan las clínicas abortistas o el cambio gratuito de sexo a los transexuales, ó mejor, para que el Sr. Gallardón pueda explicarles las ventajas de la distribución gratuita de la píldora del día después), nuestra misión en este Encuentro era llevar nuestra verdad a ese continente, tal y como lo hicimos hace más de quinientos años transmitiéndoles nuestra Fe, y ello para que siga siendo un continente de esperanza. Lo contrario sería el inicio de la verdadera leyenda negra.
1 comentario
Antonio -
Menos mal que también hay verdaderos seguidores de Cristo como el anterior obispo de Pamplona que dijo con claridad a los partidos que se podía votar, Aes entre ellos.
Y es que la vida del verdadero cristiano es jugársela por la verdad. Exponerse a la marginación e incluso al martirio por la verdad. No serán juzgados del mismo modo los que han seguido ese camino contracorriente y los que, al contrario, han confraternizado con el poder temporal.
Gracias AEs por estar ahí.
Que Dios os bendiga siempre.