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Bitácora PI

HORAS DECISIVAS EN EL PERÚ (1)

HORAS DECISIVAS EN EL PERÚ (1)

Jorge GARCÍA-CONTELL

 

 

  Escribo estas líneas cuando todavía faltan horas para que concluya el recuento de votos en Perú. De los veinte candidatos que se disputaban la Casa de Pizarro, los sondeos realizados junto a los centros de votación son unánimes al destacar a Ollanta Humala (Unión por el Perú) como ganador con aproximadamente un 30% de los sufragios. Habrá que esperar hasta el fin del escrutinio oficial para saber quién se enfrentará en segunda vuelta a Humala, pues la práctica igualdad entre Lourdes Flores (Unidad Nacional) y Alan García (APRA) no permite aventurar pronósticos.

 

  Los peruanos han votado en un clima de general decepción hacia la clase política tradicional. El Congreso es una de las instituciones peruanas más desprestigiadas, lo cual es ciertamente comprensible si tenemos presente que los legisladores del parlamento unicameral perciben un salario equivalente a 10.000 dólares al mes mientras que el salario mínimo en el Perú es de 124 dólares. Por otra parte, los miembros del Congreso en esta legislatura que ahora concluye han destacado, más que por la labor que se les supone propia y específica, por un abultado rosario de escándalos que van desde el hurto al Estado y el nepotismo hasta los abusos sexuales a menores.

  La pobreza y la desigualdad forman parte del panorama social en la región andina y en la mayoría de Hispanoamérica. Perú no constituye una excepción sino, más bien uno de los ejemplos destacados. Según datos de CEPAL, casi la mitad de la población peruana sobrevive en condiciones de pobreza y algo menos de una cuarta parte soporta pobreza extrema. Paradójicamente nos estamos refiriendo a un país que en los últimos ejercicios ha registrado un crecimiento económico medio del 5% anual. La importante demanda de cobre y otros minerales desde Asia, los elevados precios de las materias primas y los bajos tipos de interés han permitido que Perú obtuviera superávit por cuenta corriente y redujera su deuda externa durante tres años consecutivos. Así y todo, es obvio que la bonanza económica pasa de largo ante la mayoría de su población para disfrute de sólo unos pocos. Nada original, por desgracia.

 

  Ollanta Humala es un oficial retirado del ejército que participa del “etnocacerismo” ideológico, versión peruana del indigenismo continental con ribetes de abierto racismo. Su aprecio por la tradición prehispánica – muy respetable – ha llegado en ocasiones a traducirse en desprecio por la única cultura común a toda Iberoamérica, lo cual es, simplemente, una majadería. Y una majadería de singular calibre si adicionalmente se tiene presente su reconocida francofilia. Como en el caso de Evo Morales, la prensa internacional fija su atención en los declarados propósitos del candidato de estatizar el sector de hidrocarburos, amén de la minería, elevar los impuestos y revisar los contratos suscritos entre la República del Perú y compañías transnacionales. Este programa no me inquieta y me limito a desear éxito a quien finalmente se alce con la Presidencia, sobre todo en la acuciante tarea de revestir de dignidad las condiciones de vida del pueblo peruano. Por el contrario, sí me alarma que desde la Casa de Pizarro alguien se aventure por el tenebroso camino de desandar la historia y atente contra la única identidad cultural común de los peruanos, de los iberoamericanos y de los hispanos de uno y otro lado del Atlántico. De sobra conocemos en España a nuestros “indigenistas” autóctonos y la penuria intelectual que destila su pluma cuando firman decretos y reglamentos.

1 comentario

Urdin -

Pienso que Ollanta Humala es alguien poco recomendable desgraciadamente en los medios de comunicacion se le suele criticar por cosas buenas, como el fusilamiento de homosexuales. Pero bromas aparte, la gravedad de Humala es más psicologica que real, ha arraigado en un pais embrutecido por el terrorismo de sendero luminoso y desvertebrado como estado por la política americana de emtenderse directamente con las regiones a espaldas del Estado peruano en una práctica que dice bien poco de la lealtad de la diplomacia estadounidense en sus relaciones internacionales. Las minorías quechuófonas no son más del 16 % del país y si se les concediera la autonomía sus regiones carecen de fronteras internacionales o costas para amenazar a Perú con convertirse en Estados viables. El daño podría venir de una crisis de identidad general como la que padecemos en España que llevara a las diversas gentes que habitan el Perú, como chinos, japoneses, criollos o mestizos a identificarse con el pasado Inca. La amenaza indigenista no debe ser subestimada en ningún país pero, tal vez, su mayor capacidad de daño para el mundo hisápanico es posible que se cierrna sobre una doble descomposición de Bolivia y del norte de Chile que permitiría, como ha apuntado Kamen, hacer avanzar a Brasil hacia el oeste anexionándose lo que que quedase de minorías hispanófonas de Bolivia y creandose un Estado aymara en el altiplano y un Estado mapuche en Araucania. Entre ambos Estados y Brasil el mundo hispanico quedaría cortado en dos.